domingo, 4 de noviembre de 2012

El gato Félix o como salvar la ropa



Hacia fines del año 2001, momento en que la decadencia del modelo de la convertibilidad entró en su crisis terminal, tomó forma el llamado Grupo Fénix compuesto por una asociación de economistas nucleados en torno a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Buenos Aires. El conjunto de profesionales se propuso hacer un diagnóstico de la situación del país en temas de economía o relacionados y proponer una serie de medidas en forma de un plan de acción para la reconstrucción del país. Ideológicamente el grupo presentaba un amplio espectro desde estructuralistas, radicales, marxistas, pero todos con el rasgo común de rechazar la llamada ‘ortodoxia’.

Con el advenimiento del kirchnerismo al gobierno se hizo común la idea de que las políticas del gobierno tenían por inspiración las ideas de algunos de los integrantes del Grupo Fénix. Efectivamente, algunos miembros del mismo tuvieron posiciones expectantes en la administración kirchnerista. Tal fue el caso del economista Aldo Ferrer que representó al gobierno en varias empresas y actualmente es embajador argentino en Francia. 

Pero con el correr del tiempo algunos miembros de Grupo Fénix discreparon públicamente con el accionar del kirchnerismo y también se apartaron del Grupo que se mantuvo en una posición de acompañamiento distante ya que fue evidente que la inspiración del gobierno no estaba allí. 

Para el momento actual, con la renovada actualidad de la inflación el Grupo Fénix ha considerado conveniente expresar su posición frente este tema y algunos otros relevantes y aconsejar algún tipo de medidas. El documento se llama “La Cuestión Inflacionaria en la Argentina” con la firma de ‘Cátedra Abierta Plan Fénix’ y membrete de la FCE de la UBA. El documento no ha tenido difusión oficial por ahora aunque fue comentado en varios medios. La falta de firmas individuales podría interpretarse de diversos modos, aunque se podría inferir que algunos de los autores no quieren aparecer criticando ciertas acciones del gobierno kirchnerista lo cual podría hacerlos pasibles de algún tipo de represalia. Se trata de una situación incómoda para quienes fueron tomados en su momento como inspiradores de políticas gubernamentales tener que tomar distancia cuando hay errores que la profesión económica no puede obviar, por más heterodoxa que sea.

Algunos comentarios sobre el documento

El escrito se desarrolla en algo más de cuatro carillas con el logo de la FCE y encabezado ‘Plan Estratégico de la Facultad de Ciencias Económicas. PLAN FÉNIX’ Se trata de un documento denso en conceptos del cual seleccionaremos algunos de los muchos temas a que alude.

1) Rechazo a la ‘Ortodoxia’

En repetidas ocasiones el escrito rechaza las propuestas catalogadas como ‘ortodoxas’ y las acusa de haber causado grandes problemas en el pasado. La ortodoxia está vagamente definida pero se la caracteriza como algo que no debe hacerse de ningún modo. De hecho, en la FCE la pluralidad de cátedras ha sido fuertemente cuestionada bajo la conducción afín al kirchnerismo y la ‘ortodoxia’ ha migrado a otros centros. Sin embargo, en ningún momento el documento habla de ‘neoliberalismo’, cuestión que revela cierto cuidado por no usar epítetos que han tomado un carácter peyorativo y bien poco definido en cuanto a contenido ideológico.
En esta línea de pensamiento heterodoxo se habla de los ‘resultados negativos …. de políticas antiinflacionarias de matriz ortodoxa’. También se critica a ‘los toscos diagnósticos monetaristas que atribuyen el crecimiento de los precios, en exclusividad, a la emisión monetaria’, y se aconseja combatir las restricciones de la estructura productiva ‘haciendo lo contrario de lo que hoy resulta usual [en] los países de la Europa en crisis’
Parece que fuera necesario dejar bien en claro que el pensamiento de los autores está libre de cualquier contaminación y vuela mucho más alto por el firmamento heterodoxo.

2) Reconocimiento de la existencia de una inflación inconveniente en Argentina

Este ha sido el motivo por el que este escrito ha llamado la atención de varios medios y no es un dato menor cuando la misma Presidenta Cristina ha negado pública y enfáticamente que Argentina tenga que preocuparse por la inflación al tiempo que ratificó los datos del INDEC.

Antes de afirmar que el proceso inflacionario es nocivo los autores hacen una larga introducción a modo de recapitulación de la historia reciente, con los destrozos atribuidos a la convertibilidad y las supuestas grandes logros del gobierno kirchnerista. De este modo, los académicos seguramente buscan atenuar la mala impresión que podría causar en el oficialismo hablar de un tema tabú como es la inflación.

Aluden entonces a ‘un proceso inflacionario que se ha iniciado un quinquenio atrás y que, si bien muestra un ritmo administrable, alcanza hoy índices superiores a los deseables’. Al datarlo a 5 años atrás, lo ponen totalmente dentro de la era CFK, con lo cual eximen de toda responsabilidad al difunto NK. Realmente no parece haber motivos serios para esta partición en el proceso, salvo que parece que no quieren aceptar que lo de ahora es una mera acentuación de un proceso que se inició casi al momento en que la familia Kirchner tomo las riendas del gobierno.

3) Crítica a los datos de inflación del INDEC

El documento afirma que “Las cifras que ofrece el INDEC  han perdido credibilidad”. Recordemos que en la segunda parte de 2010 se conoció un informe universitario muy crítico de la metodología usada por el INDEC para medir la inflación (cf. “Las universidades denunciaron la falta de credibilidad del Indec”, publicado por La Nación el 15 de septiembre de 2010). Fue un estudio colaborativo de varias universidades nacionales realizado a pedido del entonces Ministro de Economía Amado Boudou que este ni se molestó en comentar, seguramente porque no decía lo que él esperaba). Con esta afirmación el Grupo Fénix contradice la posición oficial del Poder Ejecutivo nacional que respalda totalmente los números del INDEK. También hace tiempo que el director del Grupo, el profesor Abraham Gak ha expresado públicamente la necesidad de hacer correcciones en el INDEC.

Como para matizar, el documento afirma: “las provinciales no cubren un territorio de suficiente significación y las que publican las consultoras privadas exageran, en general, las tasas de inflación reales (además de aplicar en algunos casos metodologías inaceptables, de poca seriedad)”. Aquí, como no pueden negar significación a las estadísticas que hacen las provincias (cosa que sí hacen desde el INDEK), les asignan poca cobertura nacional. En realidad, la cobertura actual abarca unas 7 provincias bastante significativas porque antes de 2007 sus cifras no diferían demasiado de las del INDEC (ahora indican casi duplican los valores del INDEK). El gobierno nacional, especialmente la Secretaría de Comercio, que es la que intervino el INDEC y la responsable de la adulteración de las estadísticas de inflación, ha presionado sobre los gobiernos provinciales y ha logrado que varias provincias, como Río Negro y Mendoza, discontinuaran sus series de precios al consumidor.

La afirmación de que las consultoras privadas exageran la inflación es infundada y puesta allí meramente para neutralizar lo dicho del INDEK. Antes de 2007 las series de las consultoras no diferían mayormente de las del INDEC, es más, estas servían para calibrar los estimadores privados. Lo que si puede decirse es que las privadas tienen menor exactitud puesto que las muestras son menores que las del INDEC, pero, en cuanto a metodología, no difieren mayormente. Es más, alguna de las series son calculadas por personal expulsado del INDEK por la intervención por negarse a falsear los datos. 

Los economistas del Fénix se inclinan por usar los precios implícitos en los cálculos del PBI que hace el INDEK. Con ellos dicen que les da una inflación actual del orden del 20%, “muy lejos de los que estima el INDEC”. Se sabe que los datos del INDEC exageran el crecimiento del PBI, por lo que los precios implícitos están sospechados de haber sufrido la metástasis de las series del IPC de algún modo. Por lo tanto, tampoco este cálculo puede considerarse totalmente confiable. Por experiencia personal, mis gastos crecen más que el 20% anual, más cerca del 25% y en aumento. Dice el informe del Fénix: “bastante por debajo de muchas “estimaciones” irresponsablemente difundidas por medios masivos de comunicación– y justifican la actual preocupación. Va de suyo que esta situación debe ser corregida, sin más dilaciones”. De nuevo, un ataque a los estimadores privados y, de paso, a los medios de comunicación (otra forma de hacer ‘buena letra K’). No dice nada, sin embargo, del índice ‘Congreso’ difundido por un grupo de diputados opositores, que resulta de promediar una decena de estimaciones del crecimiento mensual del IPC hecho por entidades privadas, perseguidas por el Secretario Moreno penal y administrativamente por publicar sus cifras. 

Vemos pues, como el Grupo camina haciendo un delicado equilibrio entre la verdad académica y la voluntad de no despertar las represalias del régimen.

4) Causas del proceso inflacionario

El documento del Grupo Fénix se interna en temas teórico-prácticos indagando por las causas de los elevados valores de la inflación y las medidas que se requerirían para lograr su reducción. El enfoque es sano, porque para tener una medicina efectiva es necesario saber cuál es el origen de la enfermedad.

El documento puntualiza que el análisis tradicional distingue 3 tipos de inflación: de demanda, de costos y estructural. “El análisis económico tradicional suele distinguir tres clases de inflación: de demanda, originada por un exceso de la demanda global respecto de la oferta global de productos y servicios; de costos, usualmente derivada del aumento de la tasa de salarios e insumos a un ritmo mayor que la productividad del trabajo asalariado; y la estructural, causada por el cambio de los precios relativos en sectores con inflexibilidad a la baja de los precios monetarios”.
Sin embargo, para los autores hay una causa básica que es la estructural y los otros dos son mecanismos de propagación. ‘Más allá de este análisis tradicional y avanzando en el tema, podría afirmarse que el fenómeno primario tiene origen en una inflación de carácter “estructural”, que presenta como mecanismos de propagación a la inflación “de costos” y también a la “de demanda”’.

Las causas estructurales principales (en Argentina) que se detallan son: 1) aumento de precios relativos a nivel mundial que se trasladan a los precios locales, 2) deficiencias en la formación o asignación de capitales, y 3) inequidades persistentes en el sistema tributario. ‘Las presiones inflacionarias se deben a problemas de la estructura del sistema económico argentino. Entre ellos: a) el incremento de los precios relativos de alimentos, energía y otros insumos en el mercado mundial, que tiene impacto sobre el nivel de precios internos y se traslada fuertemente al consumo de los sectores más carenciados; b) las deficiencias en la tasa de formación de capital, así como en su asignación; y c) las serias inequidades persistentes en el sistema tributario. Si estas fallas estructurales no se corrigen resulta imposible atenuar el proceso inflacionario, por más “ajustes” que se intenten, debido a la multiplicidad de causas que operan de modo simultáneo’

Se observa que los autores han ‘escamoteado’ una causa estructural básica: el déficit fiscal endémico. Se lo puede considerar resultado del extraordinario incremento del gasto público que en 10 años ha superado los 10 puntos del PBI. Es equivalente a considerar un aumento de la demanda agregada no compensado por un aumento equivalente de la productividad de la economía que se traduce en varios problemas, de los cuales los más notorios son la emisión creciente (aumento de la base monetaria para cubrir el déficit fiscal) y la exacerbación de la puja distributiva. Sea porque los autores consideran que el aumento desorbitado del gasto público no tiene efecto inflacionario, sea porque consideran que este argumento es ‘un tosco argumento monetarista’, o bien que obvian la ‘contabilidad creativa’ gubernamental para esconder el déficit fiscal, o sea porque no quieren criticar al gobierno en un tema que es básico para la subsistencia de la burguesía rapaz, el déficit fiscal no es siquiera mencionado en todo el documento. Por el contrario, se recomienda por ningún modo reducir el gasto público, sino redireccionarlo.

Esto es lo que dicen de la emisión: ‘Esto, dicho sea de paso, desmiente los toscos diagnósticos monetaristas que atribuyen el crecimiento de los precios, en exclusividad, a la emisión monetaria. Si estos diagnósticos fueran valederos, combatir la inflación sería una tarea trivial.’ Si reducir el déficit fiscal fuese una tarea trivial, estaríamos en otro mundo.
El documento argumenta sobre la propagación inflacionaria: 1) que la distribución positiva del ingreso –que da por hecha- puede generar suba de precios vía la puja distributiva en caso de que los empresarios puedan trasladar a los precios los aumentos de salarios. Esto puede ocurrir en Argentina por la concentración oligopólica que existe en vastos sectores. Lo que no explican es porqué este mecanismo empezó a actuar solamente hace 5 años y no antes, cuando la concentración se supone era mayor aún (¿o es que el modelo ha favorecido a los grupos más concentrados?). 2) El comportamiento “cultural” (Marcó del Pont diría “atávico” o una “pulsión”  freudiana). Deberíamos recordar que estas ‘expectativas inflacionarias’ habían sido dejadas de lado en los 90 hasta el año 2003, si alguien las ‘reactivó’ fue este modelo. 

En síntesis, por más que el Grupo Fénix le dé vueltas, el principal responsable del rebrote inflacionario es el gobierno. Pero ellos no quieren decirlo y sus motivos tendrán.

5) Políticas antiinflacionarias posibles

El Grupo Fénix ha hecho un diagnóstico de causas y ha escamoteado una causa fundamental: el crecimiento desmesurado del gasto público y el déficit fiscal. Ha propuesto causales que pueden explicar algunos puntos de inflación, como el aumento de precios internacionales (relativos), argumento que también usa la Presidenta (‘en comisión’) del BCRA Mercedes Marcó del Pont. Esto no explica porqué nuestros vecinos latinoamericanos tienen inflaciones no mayores del 5% a pesar de estar afectados por esta inflación internacional igual que nosotros. Respecto de las deficiencias de formación de capital y las inequidades fiscales, el ‘modelo’, que ya tiene 10 años de existencia, no puede mirar para otro lado. Es en gran parte responsable de su subsistencia, aunque el Grupo Fénix no lo diga. De todos modos, no se explica porqué empezaron a generar inflación hace 5 años y no antes. Misterio no develado por el Grupo Fénix. Sus motivos tendrán.

Hecho un diagnóstico parcial (casi tendencioso y muy adecuado a los intereses que este grupo representa), los remedios que resultan son parciales, insuficientes o inefectivos.

Los autores empiezan por dar una serie de consideraciones generales donde aconsejan actuar contra todas las causas a la vez y no aplicar políticas de shock ni de ajuste recesivo. Dicen, entre otras cosas, que se combate la inflación estructural mejorando la productividad, manteniendo los salarios y mejorando la distribución del ingreso y expandiendo la economía. Se apoyan a continuación en una enumeración de los factores internacionales y carencias del enfoque keynesiano para prescribir que 1) ‘administrar con prudencia y realismo la incidencia local de los precios internacionales’, léase continuar con el control de cambios y de importaciones y exportaciones; 2) ‘las políticas de tipo de cambio diferenciado se encuentran ampliamente justificadas y no deben ser abandonadas’; 3) no debe reducirse el gasto público sino que debe redireccionarse: ‘una reducción indebida, excesiva, imprudente o puramente fiscalista del gasto público tendría efectos adversos sobre el nivel general de actividad económica, como los que están experimentando hoy los países europeos, afectados por la grave crisis en la que se encuentran inmersos. En cambio, resulta fundamental redireccionar el gasto, sin reducir su nivel y buscando mantener el nivel de ocupación, mejorar la distribución del ingreso y adoptar medidas de política fiscal que tiendan a sostener el nivel de los recursos estatales’ (Nótese: nada de reducir el nivel del gasto, se recomienda sí mantener el nivel de ocupación y mejorar la distribución del ingreso. Repite: tomar medidas para sostener el nivel de los ingresos estatales! Hay que preguntarse, ¿podrán lograr todo eso en una economía que se contrae?, porque ese parece ser el resultado de la ‘profundización del modelo’); (sigue) 4) modificar gradualmente la política de subsidios del gobierno nacional, para no subsidiar a sectores de altos ingresos. Se entiende, que los fondos ahorrados no van a servir para reducir los impuestos, por el contrario, dicen que hay que 5) aumentar la provisión de bienes públicos (Parece implicar agrandar el Estado empresario) ‘El incremento de la provisión de bienes públicos, materiales e inmateriales, resulta otra vía importante para combatir la inflación, ya que esta oferta se halla a cubierto de las tendencias en los mercados externos y constituye, sobre todo, una responsabilidad del Estado. La moderna noción de bienes públicos incluye no solamente a los bienes públicos materiales (los que integran el “dominio público”), sino también los inmateriales o intangibles, como lo son la educación, la salud, la justicia, la seguridad, la protección social y el derecho a la información y a la pluralidad de opiniones’. Incidentalmente, aquí parece haber una velada crítica al gobierno con respecto al derecho a la información y a la pluralidad de opiniones, que estaría siendo negada, pero también podría interpretarse como una recomendación a profundizar la aplicación de la ley de medios. Más adelante se habla de otro aspecto de la acción estatal en el fomento del desarrollo científico-técnico. Como se ve, toda una serie de buenas intenciones, pero no un plan completo. 6) se menciona que ‘No debería descuidarse el campo de la política de ingresos y la influencia que esta debe tener a la hora de acordarse precios y salarios entre los distintos sectores de la sociedad’.

Resumiendo

En conclusión, el documento del Grupo Fénix no propone ningún plan antiinflacionario, solamente da directivas generales. Hace algunas críticas, las más serias sobre el INDEK. 

Algunas observaciones podrían interpretarse (o no) como críticas veladas, por ej. las apelaciones a gastar en educación, justicia, seguridad, y el derecho a la información. En lo propiamente económico dictamina que hay que seguir con la política de controles a importaciones /exportaciones, el tipo de cambio ‘diferenciado’ (sin hablar de ‘cepo cambiario’) y que ha de mantenerse o aumentar la intervención y el gasto estatal, redireccionandolo, en todo caso. Esto refleja las necesidades de la burguesía pseudo-industrialista, que necesita re direccionar los flujos económicos a su favor. La acción del Estado en este sentido es fundamental para estos fines, por lo que se entiende el énfasis puesto en no reducir de ningún modo el gasto público. 

Por lo demás repite varias veces que no hay que hacer políticas de ajuste, que hay que redistribuir el ingreso, etc, etc. Buenas intenciones, pero no explica cómo se compatibiliza esto con una política que aumente la competitividad internacional, al menos en el corto plazo. En el largo plazo podemos fantasear con que el Estado va a hacer mucha obra y eso va a ser suficiente. Además, hay un gran ausente en todo esto y es la iniciativa privada. No se la menciona y es obvio que esta gente descree de su importancia, para no decir que no le gusta mucho.

Un documento que parece resultar de una negociación entre opiniones divergentes, donde no aparecen los autores y donde se quiere mantener una cierta vigencia intelectual ante la situación de semi-crisis del modelo, pero evitando enemistarse con el gobierno. 

Grupo Fénix: muchas gracias!