El legislador de
la Ciudad de Bs Aires por el Frente de Izquierda, Marcelo Ramal, del trotskista
Partido Obrero, con la eventual colaboración del legislador Gustavo Vera (UNEN)
y otros ha presentado un proyecto de emergencia eléctrica para afrontar la serie
de cortes de energía que sufre la ciudad. Últimamente se han producido cortes
eléctrico en serie en varias ciudades de la Argentina consecuencia de la falta
de adecuadas inversiones tanto en la generación como en el transporte de
energía.
Ramal (con otros)
quiere formar un comité de crisis eléctrica en la Ciudad formado por
legisladores, usuarios, ‘trabajadores’ y técnicos universitarios.
Propone hacer un
censo de técnicos electricistas y otros especialistas para contratar de
inmediato a un mínimo de 60 cuadrillas (unos 500 operarios), y 1500 generadores
eléctricos. Aclara en su propuesta Ramal que el objetivo final de sus
propuestas es la una nacionalización integral de la industria
energética, bajo control de los trabajadores.
De seguir los caminos que Ramal (y el PO) proponen la CABA se embarcaría
en la formación de una empresa de servicios de reparaciones eléctricas, por
ahora, con una planta de personal considerable y otras inversiones para suplir
las carencias que las políticas suicidas del kirchnerismo en materia de energía
han producido.
La empresa tendría, en los hechos, el control de ‘usuarios y empleados’
(una especie de soviet, llamado ‘intervención popular’), replicando el objetivo
que los delegados del PO han perseguido en el Subte de BA, así como en otras
empresas privadas. De este modo, los vecinos de la Capital financiarían una
especie de ensayo colectivo de actividades bajo la tutela del PO. Es cierto que
no se aclara la forma de ‘control de los empleados’ pero eso es lo que resulta
de la indefinición de la propuesta y las prácticas reales de la izquierda
combativa.
La emergencia es hasta el 31 de marzo, pero prorrogable indefinidamente.
Como se formará un plantel de numerosos empleados (no solo las cuadrillas, sino
los administrativos) es de pensar que a lo mejor terminarán pasando a planilla
temporaria de la CABA, si no permanentes, aunque es conocido que estas empresas
temporarias no llegan a disolverse en años.
Ramal también propone un impuesto nuevo al juego en la Ciudad del 3%: es
decir un nuevo impuesto a los Ingresos Brutos al juego que ya está parado en Tribunales
Federales hace rato pues tanto el concesionario como La Nación se unieron para
alegar que la CABA no tiene jurisdicción sobre el juego que se realiza en su
territorio. En plata: más impuestos para los vecinos.
El proyecto abunda en consideraciones usuales de estos ‘revolucionarios’
donde acusan al kirchnerismo, el
menemismo, las grandes empresas, las petroleras, las energéticas, REPSOL, etc
de haberse confabulado para extranjerizar la energía y su renta. Por suerte el
PO y sus compañeros de ruta acuden en nuestra salvación, todo a cambio de una
módica cuota de libertad para su ‘control popular’.
Como es usual, las plumas del PO han salido a hacer propaganda por el proyecto,
como en el artículo de Diego Rojas en Infobae (26/12/13) que empieza instruyéndonos
sobre los dichos de Lenin para quien la revolución bolchevique se resumía en ‘Electricidad
+ soviets’. Al lado de esto, el proyecto Ramal es solo un pálido reflejo, pero
por algo se empieza…