viernes, 19 de diciembre de 2014

UNA pavada atómica en cada tribuna importante



Cristina Fernández tiene un núcleo duro ideológico del cual forma parte una serie de prejuicios acerca de la economía. Su fuente principal puede rastrearse en las teorías conspirativas del ‘pensador nacional’ Arturo Jauretche, para quien los países grandes infectaban con ideas económicas liberales los países que deseaban colonizar valiéndose de los intelectuales ‘cipayos’, propagadores de estas ideas cuyo objetivo era facilitar la penetración de los capitales y negociantes extranjeros. En forma complementaria, CFK asimiló intelectualmente las ideas nacionalistas de Abelardo Ramos y su concepto de ‘Patria Grande’ latinoamericana, opuesta a los bloques o países neocoloniales.
Toda esta base conspirativa de la economía se ha fortalecido con la práctica de una especie de peronismo de izquierda que fue asimilando ideas marxistas y chavistas. A esto debemos agregar una gran dosis de oportunismo por el cual esta millonaria por acción, omisión o complicidad con su finado marido puede proclamarse ‘bisagra’ de la historia argentina, semejante al Perón de los 40 y heredera única del ideario de Manuel Belgrano (¡).
Una gran dosis de narcisismo y cinismo hace que CFK pretenda manejar un profundo conocimiento de economía, para lo cual afirmó muy suelta de cuerpo que estaba discutiendo con su ministro Kicillof los contenidos del reciente libro de Piketty. Ya sospechoso que pueda estar leyéndolo cuando hace pocos días fue la presentación mundial de la traducción del libro al castellano editada por el FCE.
Pero eso no la detuvo para hacer comentarios al caso, cuando físicamente no puede haber leído mucho más que las tapas y el comienzo del libro que tiene 664 páginas.
Cada tanto ella hace alguna observación supuestamente pericial sobre la evolución de los precios, el papel del Estado/Gobierno en la economía, la elasticidad, la formación de los costos, etc. En estos apuntes, hace ya unos años comentamos un discurso ‘extraordinario’ que pronunció en el Mercado Central donde hizo amplia gala de estos pseudo-conocimientos, seguramente en base a apuntes que algún ayudante le alcanzó. Suponemos que su nuevo maestro y apuntador debe ser el ‘chiquito’ Axel Kicillof.
Pero ELLA tiene especial predilección por las tribunas internacionales, y así fue como este año se dio el gusto de criticar en la ONU al presidente de EEUU, la política internacional de este país especialmente con IRAN, y hasta presentar la tesis de que Osama bin Laden no era tan malo como nos hicieron creer y fue generado por las mismas potencias occidentales.
Ahora esta propensión a la cátedra iluminista internacional reapareció en una reunión del Mercosur que tuvo lugar en Paraná, Argentina, esta semana. Allí la presidenta hizo una parrafada para aclararnos la verdadera esencia de los mercados, y prevenirnos que sólo ELLA y los iluminados por la POLÍTICA (así con mayúscula) pueden entenderlo y ayudar a desengañar a los pobres pequeños burgueses y proletarios engañados por la aviesa propaganda ‘neoliberal’ acerca de los mercados. He aquí lo esencial de estas enseñanzas:
“Lo estamos haciendo, además, en un momento difícil en el mundo, complejo, complicado, donde se exhibe con crudeza que en realidad lo que siempre han pretendido vendernos como “reglas del mercado”, entre comillas, un mercado que aparentemente tendría reglas que escapan a las políticas o a la voluntad de los seres humanos, estamos viendo que no es así.
El manejo del precio del petróleo yo creo que ejemplifica, tal vez como pocas cosas, que en realidad el mercado es un eufemismo, un maravillo eufemismo que han hallado para esconder lo que en realidad sigue moviendo al mundo desde hace más de 2.000 mil años y que son las razones políticas, la geopolítica y los intereses de los países.
Me parece que estas demostraciones que muchas veces nos hacen, creo que cada vez con mayor crudeza, con mayor visibilidad, exhiben que el mercado es un conjunto de países, o a veces hasta ni siquiera de países, sino de personas o de grandes empresas, que en algún momento y en un lugar determinado se reúnen, toman decisiones sobre commodities, sobre términos de intercambio comercial, sobre el precio de determinados productos que, finalmente, terminan impactando en la política, pero no son decisiones del mercado.
Las decisiones del mercado son cuando la gente decide comprar un iPhone, por ejemplo, es una decisión de mercado, y son capaces de hacer colas en Nueva York, ahí en Apple, 20 cuadras de cola para ir a comprar un iPhone. Esa es una decisión del mercado, de los consumidores que quieren comprar algo. Ahí tenemos una clara decisión del mercado.
Pero cuando se reúnen 5 señores en Londres u 11 de los principales bancos del mundo para fijar la tasa Libor, como nos enteramos. Yo la verdad que creía que la tasa Libor –debo confesarlo- era una fórmula polinómica, que se encontraban y sí confluían…Bueno no, nos enteramos de repente que la tasa Libor era un lugar donde todos los días a las 11 de la mañana se reunían 14, 15 personas pertenecientes a los principales bancos del mundo y decidían cuál era la tasa para ese día de acuerdo con la conveniencia de tal o cual. Hoy estamos viendo un fenómeno parecido con un commoditie como es el petróleo y que para muchos países significa su principal fuente de ingresos.
Entonces creo que, sin despreciar al mercado, entendido el mercado como los comportamientos de usuarios, de consumidores, también el comportamiento de quienes producen frente a las expectativas que pueden tener de venta, convengamos que los que deciden hoy la vida no son ni los usuarios y consumidores ni tampoco ese conglomerado de productores, de industriales pequeños, medianos, grandes.
Ellos creen que son el mercado, eso es lo peor de todos. Algunos de estos empresarios creen que ellos son el mercado. Y no son el mercado, son simplemente por ahí grandes empresarios pero que cuando les cambian las reglas de juego desde un precio del petróleo o desde una tasa de interés o de las sanciones a un país, en realidad se dan cuenta que no son el mercado. Los han convencido también de que son el mercado. Y esta es una tarea y una discusión que nos debemos dar nosotros los gobernantes, sobre todo aquellos que provenimos no del mercado, sino de la política y que, entonces, creemos firmemente que es la política, no entendida como a la política de un partido o de un gobierno circunstancial de un momento histórico en un país, no, la política como el instrumento, la vocación y transformación de cambio; las decisiones políticas de un Estado cuando se consustancia pueblo y gobierno, son las que deciden en definitiva y las únicas que tienen posibilidades de darnos a cada uno de nosotros un razonable grado de autonomía”.
NOTA: se transcribe la versión original del sitio Presidencia de la Nación

Sintetizamos las grandes verdades que nos acercó CFK en esta exposición ‘magistral’:
1) La palabra ‘mercado’ para CFK es un EUFEMISMO que esconde lo que ocurre y hay desde hace unos 2000 años, es decir desde la época del emperador romano Augusto o la era cristiana. Realmente es un conjunto de razones políticas o intereses de un grupo de países o personas o empresas que se reúnen y toman decisiones que terminan impactando sobre precios y cantidades en los mercados. Es decir, la pura teoría conspirativa de los mercados dirigidos por unos pocos y estrechos intereses, preferentemente de otros países, tal como lo ‘explicaba’ en términos populares don Jauretche.
2) Como ejemplo pone la maniobra descubierta en varios países donde agentes bancarios se ponían de acuerdo para modificar el valor reportado de cierre de la LIBOR (London Inter-bank offered rate), es decir una maniobra delictiva que permitía alterar en pocos decimales un número y permitía a algunos agentes o bancos hacer ganancias en forma delictiva, para CFK es un ejemplo del funcionamiento de los ‘mercados’. Entonces fue cuando CFK ‘descubrió’ que la LIBOR no era una fórmula polinómica. Siempre se aprende algo. Para CFK, que leyó la noticia con los anteojos de A Ramos, lo que hacía esta gente era DETERMINAR el valor de la LIBOR del día, no alterar dolosamente (y mínimamente) el resultado del fin del día de las operaciones entre bancos. Y esto es lo que ELLA pregona en sus cátedras internacionales.
3) CFK también asimiló la caída del precio del petróleo a una mera maniobra especulativa (similar para ella al doloso manejo de la LIBOR). No entra en detalles, pero es obvio que piensa que el precio del petróleo no resulta de la oferta y la demanda sino de maniobras concertadas entre algunos. Es cierto que la OPEP ha gozado mucho tiempo del poder de regular el precio del petróleo de lo cual son ejemplo las varias crisis de los años 70. Pero esto no quiere decir que ellos se juntan  y ponen el precio, sino que deciden vender más o menos petróleo porque disponen de reservas que TODAVÍA les permiten influir en el mercado. Pero en este caso, la caída en sí se debe a que al precio del petróleo que superó los 100 us/bbl fue posible producir cantidades diarias superiores a 91 millones de bblpd de petróleo, o sea unos 2 millones más que hace un año, mayormente por el desarrollo del shale-oil en EEUU. Es esta sobre oferta lo que hace que el precio caiga, no una maniobra de la OPEP. Sin embargo, ya las fuerzas del mercado están actuando y en EEUU están parando la perforación de pozos, con lo que en 2015 se espera que se produzca un quiebre en la tendencia creciente de la oferta mundial de petróleo. Otra vez la teoría conspirativa se muestra falsa, o una verdad parcial que niega hechos verdaderos al usar una sola explicación para todo.
4) Para CFK el mercado se compone realmente de consumidores y pequeños o no muy grandes productores y proveedores. Estos en su ideología son dispensados del sesgo conspirativo, pero viven engañados creyendo que son ellos, y no unos pocos grandes actores los que determinan precios y cantidades. Verdaderamente subestima la inteligencia de la gente con estas ideas, pero ELLA es así. Esta visión, que puede ser cierta para algunos mercados oligopólicos falla totalmente para el caso de la producción agropecuaria, especialmente en Argentina. Esto explica el desastre que han causado las maniobras del gobierno para tratar de regular la oferta de granos y carnes, con efectos nefastos. Algo similar ocurre con el mercado del dólar o las tasas de interés, donde también fracasaron al tratar de controlarlo, por no entender la verdadera causa de sus movimientos.
5) Cree firmemente, como el resto de los populistas y algunos llamados progresistas que la ‘POLÍTICA’ (o sea, los políticos que así piensan) puede(n) doblegar a estos conspiradores, intereses foráneos, etc, y siempre que actúen junto al ‘pueblo’,  tomar la iniciativa y realizar cambios para lograr autonomía (léase la famosa ‘liberación nacional’ pregonada por los A Ramos y sus congéneres).
PAVADA ATÓMICA! Como dice la expresión famosa de Axel ‘el chiquitito’.
Así nos representa esta mujer y nos llena de vergüenza ante foros internacionales, como en la ONU ante una sala casi vacía, donde se dedicó a expandir su vanidad y su pseudo sapiencia.
Y todavía nos quedan 355 días para que siga haciendo desastres!