1)Bergoglio
Fue por largo
tiempo arzobispo de Buenos Aires relegado de las noticias por criticar la
corrupción de Nestor Kirchner. Para mí un desconocido, salvo por sus mensajes
de Navidad que siempre me parecieron tontos, algo como ‘hacete amigo del Niño’.
Sin duda es un
gran estratega, como para sobrevivir en medio de la dictadura militar de los
70. Para mí es un hijo indirecto de la teología de la liberación, que dicen que acá
se llama ‘teología del pueblo’, seguramente en la acepción de ‘pueblo bajo’,
los famosos ‘humildes’ de Eva Perón.
Ideológicamente
habría que leer el documento de Aparecida, que dicen es de su redacción y que
difundía asiduamente. Confieso que me resulta poco atrayente leerlo solo para
enterarme que opina Bergoglio. Ídem respecto de las encíclicas. Como
alternativa, uno puede conocer sus referentes laicos conocidos, que parece que
son el diputado nacional Claudio Lozano, al que algunos llamaban el economista
de Bergoglio porque lo consultaba frecuentemente, y cuyo pensamiento muestra
claras bases marxistas. Otro es el legislador Gustavo Vera, conocido por su
actividad en la ONG La Alameda, que actúa contra el tráfico de drogas y la
prostitución. Este también ha propiciado proyectos de reparto de viviendas para
los pobres, impuestos a las propiedades desocupadas, etc de típica orientación
izquierdista. Este legislador entró a la Legislatura porteña de la mano del
populista Pino Solanas, dicen que por recomendación de Bergoglio, pero su
tendencia ideológica lo puso aparte de sus compañeros de bancada y terminó
formando un bloque propio que se alió en las recientes elecciones con sectores
peronistas y sindicales fuertemente estatalistas.
De la gira
reciente de Bergoglio por tres países (Ecuador, Bolivia y Paraguay) hay muestras
de una prédica de orientación populista, lo que se puede llamar populismo
eclesiástico, orientada a reclamar reformas sociales muchas veces demagógicas,
como ‘tierra para todos’, que llevaría, de cumplirse literalmente a un reparto
de la renta del suelo en una clase agraria privilegiada, pero con una pérdida
inmediata de productividad, porque las explotaciones agrarias actuales son
capital y técnicamente intensivas, y requieren realizarse sobre grandes
extensiones. O sea, de efectivizarse la prédica de Bergoglio conduciría a la
producción de menos alimentos y la difusión del hambre. Pero las ideas
económicas de Bergoglio parecen recoger la prédica del peronismo de los años
40-50, cosa que no se ve que esté dispuesto a reconocer.
Agreguemos su
sesgo anti mercado, anti globalización, ante liberal y anti racional y tenemos
un resabio ideológico de mediados del siglo XX trasladado al siglo XXI por un
jesuita convencido.
Otro elemento en
este sentido es la orientación económica claramente izquierdista de los
profesionales que están en la pastoral social de la UCA, universidad católica
argentina, que está bajo la conducción de un hombre de Bergoglio, el que era
resistido dentro de la Iglesia pero él promovió repetidas veces. Muchas veces
manejan números probablemente ciertos, como los de pobreza, pero sacan
conclusiones muchas veces con cierto sesgo discutible. Parecido en mucho con
las ideas anti mercado de Bergoglio. Nada extraño.
Con respecto a la
Argentina, a pesar de las desmentidas, es cada vez más evidente que hay un
arreglo con Cristina Kirchner de algún reparto de beneficios, a lo que se debe
sumar el apoyo cada vez más claro a la candidatura de Scioli, congruente con
las prácticas peronistas de promover solo peronistas al poder más una búsqueda
de llevar al poder a quien esperan que les de algunos beneficios de catequesis
sobre todo, esperemos sea solamente eso. Se resalta que Scioli siempre fue
favorable a las ceremonias religiosas, frente a otros candidatos laicistas o
decididamente anti clericales. Ahora se agrega un nuevo rumor de que el
Vaticano está trabajando para ayudar a Cristina a ocupar un lugar importante en
la FAO luego de retirarse de la magistratura.
Todo esto apunta
a que Bergoglio quiere contrarrestar los avances de las iglesias evangélicas en
Latinoamérica, así como las tendencias marxistas de algunos gobiernos
instalando un populismo cuya cabeza sea la Iglesia. Para esto se propicia un
cambio en la catequesis, abandonando el énfasis en captar las clases medias y
altas como hacía tradicionalmente la Iglesia, suponiendo asegurada la base
popular, por un Iglesia pobre para los pobres, o sea orientada a captar los
grupos sociales preferentemente de bajos ingresos, desprotegidos, sin trabajo,
lumpen y delincuenciales.
2) Scioli
Este campeón de
la supervivencia dentro del peronismo, se las ingenió para aparecer como buena
persona y ganar las preferencias populares, mientras llenaba el discurso de
vaguedades. Mientras tanto, él y su esposa, la versátil Karina Rabolini
hicieron una discreta y desconocida fortuna aprovechando las ventajas del
poder. Recientemente un programa de TV de Jorge Lanata lo criticaba por llevar más
de una década a cargo sin presentar declaraciones de bienes, y mostraba unas
propiedades que se suponen son de Scioli y valdrían unos 50 millones de
dólares. Apareció entonces que el millonario candidato era Scioli y no Macri,
que hasta ahora luce mucho más transparente en cuanto al patrimonio.
Puesto contra la
pared por la necesidad de ganar las elecciones, Scioli se puso abiertamente del
lado de los Kirchner, trabajó activamente moviendo influencias para que se
abortase la investigación que había iniciado Nisman sobre el tema IRAN y inició
una profusa y costosa campaña en todos los medios donde predica que hay que
mantener los supuestos grandes logros del Kirchnerismo y seguir
consolidándolos. Además, cosa que me causa profundo desagrado, usa la bandera
nacional como estandarte electoral, que aparece de varios modos en la
propaganda, notoriamente con un tipo parado en una loma con una bandera en el
mástil proclamando ‘Scioli para la victoria’. Toda una campaña triunfalista,
con los dedos en V y apelativos al patriotismo típicos del peronismo, que
aspira a ser la ‘doctrina nacional’.
A esto hay que
agregarle campaña sucia, que al decir de los medios escritos estaría empujada
por Scioli y sus acólitos, divulgando supuestas consultas del macrismo para
desembrujar a Macri por medio de una vidente ecuatoriana, más burlas al budismo
zen que Macri practica.
Una reciente
maniobra electoralista de Scioli fue volar (con permiso de CFK) a abrazarse con
Raúl Castro que le prometió venir a su asunción y le regaló un libro. Mientras
a escondidas habla con los banqueros trata de atraer votantes de izquierda con
estas maniobras.
Por otro lado
Scioli anunció que va a aumentar el número de ministerios (como si no hubiese
pocos) de 17 a más de 20, es decir, va a crear más burocracia se dice que
imitando a Lula da Silva (el rey del mensalão). Se menciona como candidatos a las vacantes a
varios de su entorno bonaerense, ninguno que sobresalga por sus luces, y como
ministro de economía (cartera que también sería desdoblada) a Bein o Blejer,
ambos conocidos banqueros (Bein tiene participación en un banco, Blejer es
consultor de bancos) y entrados en años. Pero la eminencia gris parece ser su
contador de la familia, el que hace de filtro. Imaginemos que tipo de ideas
pueden salir de eso. No en vano dijo Carrió que la fórmula del frente para la
victoria se compone de un imbécil y de un estalinista.
También hay otros
trascendidos sobre lo que haría Scioli, coherentes con lo que hizo en la
Provincia, suba de impuestos, llenar de empleados y, en consecuencia, poca
obra.
Sin embargo, si
se cree en las encuestas, este mediocre reúne las mayores preferencias del
electorado. Es que los peronistas siempre están encolumnados detrás de lo que
les marca el PJ y votan la momia que les pongan en la boleta electoral (tal
como dijo el dirigente metalúrgico Caló), junto a la foto de Perón y Evita para
no confundirse. Por supuesto, el Papa también trabaja en silencio para que
triunfe.
En lo personal,
tras toda una vida signada por la férula peronista o milica, seguiremos
sufriendo la decadencia inevitable del país. Habrá que aguantarse otra década
de pejotismo. Si antes no se desata otra crisis tipo rodrigazo. Pero estos no
aprenden nunca, siempre las generaciones de incautos se renuevan, y el PJ se
ocupa de que cada vez sean más ignorantes y pobres.
3) Macri
Probablemente el
más inteligente y transparente de los candidatos presidenciales (salvo quizás Altamira) pero carece de suficiente
destreza política, posiblemente porque no tiene una ideología rectora y va
cambiando de rumbo llevado por la corriente. Medio que se deja embaucar por el
discurso de consejeros como el ecuatoriano Durán Barba que imagina estar en un
país de clase media. Macri se desorienta y cae en excentricidades como acudir a
una armonizadora budista. Parece un chico bien que por circunstancias de su
secuestro sintió necesidad de hacer algo por el país pero no entiende mucho de
economía ni de sociología y va y viene según aprende un poco a los golpes. Tuvo
la virtud de formar equipos de gente básicamente honrada y que cumple sus
proyectos aunque mayormente poco ducha en política que van aprendiendo pero
para esta elección nacional no creo que lleguen a convencer frente a la
maquinaria de crear leyendas que es el peronismo.
La pretensión de
no tener ideología me parece ilusoria, nadie deja de tener una ideología
implícita que se muestra cuando hacemos peatonales en el microcentro en vez de
urbanizar las villas. Hay una serie de tendencias contrapuestas dentro del PRO
que le cuestan desdibujar la imagen ante el resto de la población y eso se nota
en las elecciones.
Veremos qué pasa,
pero por ahora no somos nada optimistas. Vamos camino a una nueva gran crisis
que Cristina se ocupa de sembrar, total ella se va a la FAO y después de mi ‘el
diluvio’.