domingo, 26 de julio de 2015

Panorama a días de las elecciones presidenciales argentinas



1)Bergoglio

Fue por largo tiempo arzobispo de Buenos Aires relegado de las noticias por criticar la corrupción de Nestor Kirchner. Para mí un desconocido, salvo por sus mensajes de Navidad que siempre me parecieron tontos, algo como ‘hacete amigo del Niño’.
Sin duda es un gran estratega, como para sobrevivir en medio de la dictadura militar de los 70. Para mí es un hijo indirecto de la teología de la liberación, que dicen que acá se llama ‘teología del pueblo’, seguramente en la acepción de ‘pueblo bajo’, los famosos ‘humildes’ de Eva Perón.
Ideológicamente habría que leer el documento de Aparecida, que dicen es de su redacción y que difundía asiduamente. Confieso que me resulta poco atrayente leerlo solo para enterarme que opina Bergoglio. Ídem respecto de las encíclicas. Como alternativa, uno puede conocer sus referentes laicos conocidos, que parece que son el diputado nacional Claudio Lozano, al que algunos llamaban el economista de Bergoglio porque lo consultaba frecuentemente, y cuyo pensamiento muestra claras bases marxistas. Otro es el legislador Gustavo Vera, conocido por su actividad en la ONG La Alameda, que actúa contra el tráfico de drogas y la prostitución. Este también ha propiciado proyectos de reparto de viviendas para los pobres, impuestos a las propiedades desocupadas, etc de típica orientación izquierdista. Este legislador entró a la Legislatura porteña de la mano del populista Pino Solanas, dicen que por recomendación de Bergoglio, pero su tendencia ideológica lo puso aparte de sus compañeros de bancada y terminó formando un bloque propio que se alió en las recientes elecciones con sectores peronistas y sindicales fuertemente estatalistas.
De la gira reciente de Bergoglio por tres países (Ecuador, Bolivia y Paraguay) hay muestras de una prédica de orientación populista, lo que se puede llamar populismo eclesiástico, orientada a reclamar reformas sociales muchas veces demagógicas, como ‘tierra para todos’, que llevaría, de cumplirse literalmente a un reparto de la renta del suelo en una clase agraria privilegiada, pero con una pérdida inmediata de productividad, porque las explotaciones agrarias actuales son capital y técnicamente intensivas, y requieren realizarse sobre grandes extensiones. O sea, de efectivizarse la prédica de Bergoglio conduciría a la producción de menos alimentos y la difusión del hambre. Pero las ideas económicas de Bergoglio parecen recoger la prédica del peronismo de los años 40-50, cosa que no se ve que esté dispuesto a reconocer.
Agreguemos su sesgo anti mercado, anti globalización, ante liberal y anti racional y tenemos un resabio ideológico de mediados del siglo XX trasladado al siglo XXI por un jesuita convencido.
Otro elemento en este sentido es la orientación económica claramente izquierdista de los profesionales que están en la pastoral social de la UCA, universidad católica argentina, que está bajo la conducción de un hombre de Bergoglio, el que era resistido dentro de la Iglesia pero él promovió repetidas veces. Muchas veces manejan números probablemente ciertos, como los de pobreza, pero sacan conclusiones muchas veces con cierto sesgo discutible. Parecido en mucho con las ideas anti mercado de Bergoglio. Nada extraño.
Con respecto a la Argentina, a pesar de las desmentidas, es cada vez más evidente que hay un arreglo con Cristina Kirchner de algún reparto de beneficios, a lo que se debe sumar el apoyo cada vez más claro a la candidatura de Scioli, congruente con las prácticas peronistas de promover solo peronistas al poder más una búsqueda de llevar al poder a quien esperan que les de algunos beneficios de catequesis sobre todo, esperemos sea solamente eso. Se resalta que Scioli siempre fue favorable a las ceremonias religiosas, frente a otros candidatos laicistas o decididamente anti clericales. Ahora se agrega un nuevo rumor de que el Vaticano está trabajando para ayudar a Cristina a ocupar un lugar importante en la FAO luego de retirarse de la magistratura.
Todo esto apunta a que Bergoglio quiere contrarrestar los avances de las iglesias evangélicas en Latinoamérica, así como las tendencias marxistas de algunos gobiernos instalando un populismo cuya cabeza sea la Iglesia. Para esto se propicia un cambio en la catequesis, abandonando el énfasis en captar las clases medias y altas como hacía tradicionalmente la Iglesia, suponiendo asegurada la base popular, por un Iglesia pobre para los pobres, o sea orientada a captar los grupos sociales preferentemente de bajos ingresos, desprotegidos, sin trabajo, lumpen y delincuenciales.

2) Scioli

Este campeón de la supervivencia dentro del peronismo, se las ingenió para aparecer como buena persona y ganar las preferencias populares, mientras llenaba el discurso de vaguedades. Mientras tanto, él y su esposa, la versátil Karina Rabolini hicieron una discreta y desconocida fortuna aprovechando las ventajas del poder. Recientemente un programa de TV de Jorge Lanata lo criticaba por llevar más de una década a cargo sin presentar declaraciones de bienes, y mostraba unas propiedades que se suponen son de Scioli y valdrían unos 50 millones de dólares. Apareció entonces que el millonario candidato era Scioli y no Macri, que hasta ahora luce mucho más transparente en cuanto al patrimonio.
Puesto contra la pared por la necesidad de ganar las elecciones, Scioli se puso abiertamente del lado de los Kirchner, trabajó activamente moviendo influencias para que se abortase la investigación que había iniciado Nisman sobre el tema IRAN y inició una profusa y costosa campaña en todos los medios donde predica que hay que mantener los supuestos grandes logros del Kirchnerismo y seguir consolidándolos. Además, cosa que me causa profundo desagrado, usa la bandera nacional como estandarte electoral, que aparece de varios modos en la propaganda, notoriamente con un tipo parado en una loma con una bandera en el mástil proclamando ‘Scioli para la victoria’. Toda una campaña triunfalista, con los dedos en V y apelativos al patriotismo típicos del peronismo, que aspira a ser la ‘doctrina nacional’.
A esto hay que agregarle campaña sucia, que al decir de los medios escritos estaría empujada por Scioli y sus acólitos, divulgando supuestas consultas del macrismo para desembrujar a Macri por medio de una vidente ecuatoriana, más burlas al budismo zen que Macri practica.
Una reciente maniobra electoralista de Scioli fue volar (con permiso de CFK) a abrazarse con Raúl Castro que le prometió venir a su asunción y le regaló un libro. Mientras a escondidas habla con los banqueros trata de atraer votantes de izquierda con estas maniobras.
Por otro lado Scioli anunció que va a aumentar el número de ministerios (como si no hubiese pocos) de 17 a más de 20, es decir, va a crear más burocracia se dice que imitando a Lula da Silva (el rey del mensalão). Se menciona como candidatos a las vacantes a varios de su entorno bonaerense, ninguno que sobresalga por sus luces, y como ministro de economía (cartera que también sería desdoblada) a Bein o Blejer, ambos conocidos banqueros (Bein tiene participación en un banco, Blejer es consultor de bancos) y entrados en años. Pero la eminencia gris parece ser su contador de la familia, el que hace de filtro. Imaginemos que tipo de ideas pueden salir de eso. No en vano dijo Carrió que la fórmula del frente para la victoria se compone de un imbécil y de un estalinista.
También hay otros trascendidos sobre lo que haría Scioli, coherentes con lo que hizo en la Provincia, suba de impuestos, llenar de empleados y, en consecuencia, poca obra.
Sin embargo, si se cree en las encuestas, este mediocre reúne las mayores preferencias del electorado. Es que los peronistas siempre están encolumnados detrás de lo que les marca el PJ y votan la momia que les pongan en la boleta electoral (tal como dijo el dirigente metalúrgico Caló), junto a la foto de Perón y Evita para no confundirse. Por supuesto, el Papa también trabaja en silencio para que triunfe.
En lo personal, tras toda una vida signada por la férula peronista o milica, seguiremos sufriendo la decadencia inevitable del país. Habrá que aguantarse otra década de pejotismo. Si antes no se desata otra crisis tipo rodrigazo. Pero estos no aprenden nunca, siempre las generaciones de incautos se renuevan, y el PJ se ocupa de que cada vez sean más ignorantes y pobres.

3) Macri
Probablemente el más inteligente y transparente de los candidatos presidenciales (salvo quizás Altamira) pero carece de suficiente destreza política, posiblemente porque no tiene una ideología rectora y va cambiando de rumbo llevado por la corriente. Medio que se deja embaucar por el discurso de consejeros como el ecuatoriano Durán Barba que imagina estar en un país de clase media. Macri se desorienta y cae en excentricidades como acudir a una armonizadora budista. Parece un chico bien que por circunstancias de su secuestro sintió necesidad de hacer algo por el país pero no entiende mucho de economía ni de sociología y va y viene según aprende un poco a los golpes. Tuvo la virtud de formar equipos de gente básicamente honrada y que cumple sus proyectos aunque mayormente poco ducha en política que van aprendiendo pero para esta elección nacional no creo que lleguen a convencer frente a la maquinaria de crear leyendas que es el peronismo.
La pretensión de no tener ideología me parece ilusoria, nadie deja de tener una ideología implícita que se muestra cuando hacemos peatonales en el microcentro en vez de urbanizar las villas. Hay una serie de tendencias contrapuestas dentro del PRO que le cuestan desdibujar la imagen ante el resto de la población y eso se nota en las elecciones.
Veremos qué pasa, pero por ahora no somos nada optimistas. Vamos camino a una nueva gran crisis que Cristina se ocupa de sembrar, total ella se va a la FAO y después de mi ‘el diluvio’.