martes, 13 de noviembre de 2018

UN HOMBRE SIN CONVICCIONES y UN CURA MILITANTE


Cuando Mauricio Macri se coló en una comunicación telefónica con una radio para afirmar que estaba ‘listo para continuar’ (ir por la reelección) con un equipo consolidado, con presupuestos equilibrados y se quejó de los impuestos muy altos que pagamos y que hay que reducir parece que fuese más un candidato de la oposición, no el que acuerda con los gobernadores una suba tras otra de impuestos, y que se la pasa despidiendo ministros o secretarios, de los pocos que iniciaron con él su gobierno hace algo más de 3 años.
Si uno se pregunta qué tienen en común ideológicamente F. Sturzenegger (ex presidente despedido del BCRA) y mentado como ministro de economía que no fue, con Dante Sica (ministro de ‘Producción’) se da cuenta que este gobierno de Macri no solo no tuvo ni tiene un plan económico, ni siquiera  tiene ideología o convicciones, solo tiene medidas de coyuntura a la busca de captar algunos votos circunstanciales.
Llegando al borde de lo canallesco, con su permanente compra de apoyos, a fines de 2017, tras recibir un sorpresivo apoyo electoral de medio término, no dudó en empeñar su respaldo en lograr un arreglo de canje con los gobernadores a los cuales cedió fondos quitados a los jubilados y pensionados a cambio de una nueva ley fiscal para, entre otras cosas, limitar los ajustes por inflación de las jubilaciones, todo sin ningún rubor hecho ‘para beneficiar a los jubilados’. A la fecha, la administración Macri ha recortado el valor real de las jubilaciones en 20%, cuando se las compara con los valores de setiembre de 2015. Además, incumple con los acuerdos firmados por la llamada ‘reparación histórica’, no pagando las retroactividades acordadas, a  pesar de que se basan en el índice RIPte, no solo claramente perjudicial para el jubilado, sino de dudosa legalidad cuando se retrocede a sus antecedentes.
Tampoco paga Macri los juicios ganados por jubilados con sentencia firme y orden de ejecución, pasan años mientras se somete el pago a supuestos ‘estudios’. Ahora, tras el ardid de ‘consultar’ a la Corte Suprema sobre la aplicación del índice RIPte en vez del que fijase la Corte en su momento para estos juicios, viendo cercana la fecha de un posible fallo desfavorable para sus intenciones de parte de la mayoría de los miembros de la misma, acude a generar un supuesto ‘estudio’ kilométrico donde pretende justificar que el nuevo índice, que ya quieren cambiar de nuevo y el de la Corte son ‘insustentables’ para el sistema. y con esto pretende iniciar un nuevo ciclo de deliberaciones en la Corte, que para su nuevo Presidente Rosenkranz, ‘apenas’ tiene un año de antigüedad. Resulta pues, que para el gobierno los culpables del déficit fiscal son los jubilados, la conclusión que se cae de madura es: hay que bajar todavía más las jubilaciones y pensiones.
Del mismo gobierno que no deja de proteger la burocracia, escondiéndola sin achicarla, lo dicen las estadísticas oficiales de la nómina a fines de 2017, se sabe de lugares impensados donde la burocracia florece: Aerolíneas Argentinas, todavía defendida como necesaria línea de bandera para que los políticos tengan pasajes gratis, Acumar, que no sana el Riachuelo pero aumentó en 50% su personal y se llenó de contratos. ¿Dónde quedaron los lamentos de Macri por la burocracia del Congreso?. Otra vez, parece que hablase de otro gobierno, no del propio. Pareciera que solo se reduce personal donde algún ministro o secretario toma como propia la consigna de achicar el gasto, de lo contrario y con la venia de Peña, hay permiso para llenar con nuevos ‘amarillos’ todos los huecos que se vayan generando por mera atrición.
En conclusión, por donde se lo vea, el gobierno de Macri está lleno de ejemplos de declaraciones de principios que no solo no se cumplen, sino que se hace lo contrario de lo que se predica. Un gobierno sin convicciones, que va para donde lo van empujando las circunstancias, un gobierno con solo dos objetivos permanentes: proteger y armar su propia burocracia ‘amarilla’ y ganar la próxima elección arbitrando las presiones a como sea, siempre descargando los costos sobre los privados, siempre empujando la clase media hacia la pobreza creciente.
De este gobierno alguna vez dijimos que era conservador popular, hoy ya no sabemos si esta calificación le cuadra, más bien es un grupo pagado de sí mismo, al que le queda grande gobernar.
La Iglesia Católica
Unas palabras sobre la situación eclesiástica.
Cuando los cardenales nombraron Papa a Bergoglio le causaron un gran problema a la Argentina.
Bergoglio es un cura ultra del setentismo, un lobo bajo la piel del cordero. El aparenta apacentar a todos pero realmente, bajo la práctica poliédrica, que es una adaptación de las tácticas de Perón, usa diversos sectores para presionar sobre la sociedad y sobre el gobierno para tratar de imponer sus objetivos políticos.
Como setentista (y tercermundista) Bergoglio cree en una Iglesia militante, al servicio de un ideario atribuido, como hacen la mayor parte de los predicadores, en este caso a la doctrina de Jesús. La militancia es un valor típicamente setentista, donde cada persona se debe enrolar en el servicio (de características semejantes al castrense, de allí el nombre ‘miles’=soldado) de un grupo político, generalmente a las órdenes de un líder (los famosos ‘soldados’ de Perón). Al entrar a militar, el ciudadano pierde su carácter de tal para pasar a ser un agente de una ideología, a la que renuncia a criticar, así como las acciones a las cuales se lo convoque.
Le idea de militancia como actividad deseable es típicamente setentista y tuvo una gran promoción de parte del kirchnerismo cristinista. La propaganda encontró eco en otros sectores no K, los que exponían un punto de vista favorable a la necesidad de que cada uno encontrase un bando en que ‘militar’.
Nada más opuesto a la democracia republicana que la idea de militancia, en vez de la mente abierta al contrapunto de las ideas, para estar dispuesto al cambio de punto de vista si tal fuese un nuevo convencimiento, la idea es la persistencia pétrea en la doctrina, donde el intercambio de opiniones solo lleva a la subordinación del disidente, por las buenas o las malas. De allí la persecución de la prensa libre y los que mostrasen las flaquezas del gobierno K.
Bergoglio es otro partidario de la militancia, él pertenece a una ‘compañía’ que asimila la catequesis a las maniobras militares. Por eso, contra la opinión mayoritaria del episcopado, en 2018 puso en la cúpula a gente de su orientación y nombró obispos a cargo de esta orientación, como en la Pastoral Social a Lugones, otro ultra que no vacila en usar los dineros de la Pastoral para hacer ‘Jornadas’ que malamente ocultan cónclaves de divulgación de ideas peronistas. Bergoglio cree firmemente en que el próximo presidente de Argentina debe ser peronista y trabaja duramente en ello, movilizando agrupaciones sociales, al clero que no se resista, etc. Una típica maniobra envolvente, en este caso exacerbada por el torpe ataque de los seguidores de M. Peña (con la pasiva aquiescencia de Macri) sobre el tema del aborto y de la orientación ‘de género’ en la educación pública sexual.
Más de 40 años tras la muerte de Perón, en medio de un estrepitoso fracaso como gobernante, aún quedan curas ideólogos que siguen pensando en ‘soluciones’ peronistas y quieren imponerlas a como venga. Un regalo troyano de los cardenales para Argentina….