miércoles, 28 de diciembre de 2011

Cristina Fernández: del salto cualitativo hegeliano a las convulsiones del año 13


La Sra Presidenta se declaró ‘absolutamente hegeliana’ en el discurso de cierre del II Congreso Internacional de filosofía de San Juan en julio de 2007 cuando aún era senadora. Dijo allá que ‘la filosofía es esencialmente la época articulada en pensamiento’ adhiriendo de este modo al relativismo cognitivo. Pero no solamente es CFK seguidora de Hegel en esto, pues la hemos oído razonar empleando giros dialécticos al analizar las marchas y contramarchas de los movimientos sociales.

Pero es en la entronización del Estado como tenedor de la verdad absoluta y dispensador de la justicia sin atenuantes donde Cristina Kirchner muestra su fibra más profundamente hegeliana. En una especie de resurrección del despotismo ilustrado, alabada por una constelación de pensadores posmodernos y antiliberales que son como una reedición de los filósofos ilustrados de Catalina II de Rusia, después de una campaña electoral plagada de imágenes pero vacía de contenidos ha lanzado una campaña relámpago al mejor estilo Bonaparte para aniquilar a la oposición visible que hoy por hoy se encarna en la prensa y en algunos grupos sindicales. Para ello se sirve de una corte de funcionarios y legisladores que actúan con absoluta obediencia de sus instrucciones. 

Todas estas disposiciones se elaboraron en el mayor silencio probablemente antes de las elecciones de octubre no bien se supo que CFK sería reelecta en base a las primarias de agosto. Se ha producido así un salto cualitativo en la política cristinista cuyo objetivo es lograr un pronto y total sometimiento del país a la voluntad de la Presidenta y a lograr la hegemonía del discurso lo que la acerca en la visión de la opinión internacional a los regímenes colectivamente llamados del Socialismo del Siglo XXI. Por supuesto Ella niega toda intención en este sentido, pero cómo habríamos de creer sus palabras cuando todos los días nos recita historias de logros que ni el propio INDEK convalida (como los 5 millones de nuevos empleos de la era K).

En realidad hay una profunda diferencia entre el Cristinismo y los sistemas de gobierno vigentes en Venezuela, Ecuador o Nicaragua. El socialismo del S XXI es profundamente contrario a la iniciativa o propiedad privada. En cambio, el kirchnerismo, encabezado por multimillonarios, es profundamente burgués en su concepción y no deja de proclamar que aplaude la ganancia de las empresas. Pero claro está siempre que todo esté cuidadosamente controlado desde el Estado, limitado y dirigido hacia los objetivos que se fijen desde la burocracia oficialista. Es decir, fundamentalmente un capitalismo de Estado pero no como el de Perón basado en estatizar grandes sectores de la economía sino en conservar la propiedad privada pero convirtiéndola en brazo ejecutor de las directivas de la burocracia estatal. El enriquecimiento acelerado, otrora encabezado por el mismo presidente Kirchner pasa así a segundo plano, y se remplaza por una pauta de beneficio tolerada, al menos para quienes no gozan de permisos oficiosos cada vez más restringidos. Entramos así en una especie de capitalismo manchesteriano versión Calafate donde el enriquecimiento se redime con la reinversión en el país.
 
Esta peculiar concepción económica, característica de la burguesía apropiadora que carece por si misma de grandes capitales concentrados, tiene en el Secretario Guillermo Moreno su principal conductor en la práctica y se despliega con una red paralela e informal de mando que atraviesa las líneas de la organización oficial de los ministerios por donde se transmiten órdenes que no se registran y llegan por caminos nos convencionales como llamados telefónicos o clases de escuelitas de acondicionamiento o reeducación del empresariado.
Toda una doctrina paralela  de la búsqueda de la ‘felicidad del Pueblo’ sirve para racionalizar la arbitrariedad de los procedimientos y el caso por caso en la práctica. Así, el principal responsable de las mentiras y falsedades sistemáticas del instituto de estadísticas oficial (INDEK) es promovido al nivel superior de la conducción económica que ejerce sin ahorro de la compulsión física, el miedo a las represalias o el uso ostensible de armamento cuando es necesario.

Hay toda una fascinación por esta clase de personajes pintorescos, ‘descontracturados’ o ‘transgresores ‘que CFK ha promovido como representantes de una nueva generación siendo condiciones para el cargo la lealtad llevada a la obsecuencia, un cierto brillo intelectual en la heterodoxia y la ambición desmedida por el ascenso social. La promoción de estos individuos (“individuas”) ha resultado, en algún caso en fiascos como la vergonzosa detención de un avión de EEUU que había sido invitado para participar en un entrenamiento de personal de seguridad. Al responsable de esta desastrosa pantomima se lo daba por desaparecido en la renovación del gabinete ministerial, pero se sabe que los Kirchner no permiten que la prensa anticipe sus movimientos, de modo que la vida continúa con esta clase de ejemplares todavía en funciones.

No puede extrañar que con toda esta maquinaria alimentando el natural talante autoritario y la ideología sectaria de la Presidenta resulten decisiones erradas de gobierno. Como la cerrazón ideológica acentuada por el terror a contradecir la doctrina oficial impiden reconocer la desconexión entre el pensamiento oficial y la realidad, surgen las explicaciones basadas en supuestas conspiraciones a lo que se suman las sugestiones interesadas por quienes echan combustible a la desconfianza para cubrir sus desatinos.

La presidenta CFK se hereda a sí misma y a su esposo por ocho años de orientaciones económicas sesgadas, a veces profundamente erradas, y los síntomas se acumulan: creciente gasto oficial con el consiguiente creciente déficit fiscal, caída del superávit comercial, puja descarnada entre precios y salarios, falta de interés en invertir. Las consecuencias sociales están en la calle, un grupo de enriquecidos de clase media alta, un grupo de trabajadores sindicalizados elevados al nivel de nueva clase media y del otro lado grandes sectores de trabajadores informales, de receptores de jubilaciones, asignaciones y  planes estatales, empleados estatales no privilegiados, desocupados, todos perdedores frente a la inflación que agranda cada día más la brecha entre la canasta del consumo y los ingresos. Los desposeídos que duermen en las calles son cada vez más numerosos, pese al índice de Gini que diligentemente elabora del INDEK.

Cristina Kirchner dijo una vez que ella no es Isabel Perón y que los gremialistas no le van a hacer los planteos que hubo en el 75. Si cree que puede sentarse tranquila sobre el 54 por ciento de votos que sacó en octubre y en el control de medios que planea lograr tiene una pálida idea de los demonios que su familia ha desatado. Su modelo K ha generado una distribución del ingreso totalmente inestable frente a los requerimientos del mercado mundial. Si pretende aislarse totalmente para proteger los privilegios acumulados por algunos sectores vendrá una caída pronunciada del ritmo de crecimiento lo cual dejará al desnudo el problema inflacionario y la puja distributiva. Como ejemplo de los desequilibrios acumulados, en un reciente estudio del Ieral se citan datos del Banco Mundial que dicen que mientras los costos de logística en Argentina son el 27% del PBI (mano de obra es el 50% del costo de transporte), en Chile son 16% y en EE UU son 9%. Esto da una idea de la distorsión de costos relativos que enfrentará la Argentina apenas se intente poner freno a las alzas de precios.

Es muy pretensioso vaticinar que puede pasar en el futuro. Sin embargo, tal como se perfilan las tendencias de la economía y las voluntades en la política de hoy, no resulta demasiado descabellado esperar grandes controversias distributivas durante el año entrante las que, conocidas las personalidades e intereses de los actores tenderían a agravarse para el año electoral de medio término de 2013. Llegaremos a ver convulsiones similares a las de 1975? Dada la obstinación con que se gobierna el país no debería descartarse.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cristina Kirchner manda crear una nueva historia oficial. Parte tres (final): el revisionismo bonaerense se opone a los ideales de la generación de 1837 y la Constitución de 1853


Otra muestra del pensamiento de la Presidenta, de la línea argumental afín al revisionismo bonaerense aparece en el siguiente párrafo del discurso en la clausura de la conferencia de la UIA el 22 de noviembre de 2011:

Porque nos venden valor agregado, nos venden las maquinarias y los fierros que todavía no construimos en la Argentina porque tenemos un proceso de desindustrialización de décadas y ellos tuvieron la suerte de tener un proceso en industrialización desde la Guerra de Secesión en adelante. Nosotros perdimos en Caseros, ellos ganaron la Guerra de Secesión y por eso fueron la potencia industrial más fuerte del mundo. No hay misterio para esto, la historia lo explica claramente

1) Dice la Presidenta ‘Nosotros perdimos en Caseros’. La cuestión es quien es para CFK ese ‘nosotros’. Si hablamos de perdidosos en Caseros, podrían levantar la mano los Catamarqueños, o los Puntanos, pero un argentino en abstracto habría que discutirlo. Es más claro de entender si CFK habla como socia del hegemonismo bonaerense de entonces. Ellos sí que perdieron en Caseros!

Digámoslo así: en 1850 no existía la Argentina como Nación. Había una Confederación de provincias que le delegaba a Rosas el manejo de las relaciones exteriores. El primero de mayo de 1851, el general Urquiza, en su carácter de gobernador de la provincia de Entre Ríos no le renovó a Rosas la representación internacional, lo que significaba que Entre Ríos podría firmar tratados comerciales con quien quisiera. Lo que era contrabando, repudiado por Rosas, pasaría a ser comercio legal de Entre Ríos con cualquier otro país. A continuación, la provincia de Entre Ríos firmó un tratado con la provincia de Corrientes, con Brasil y el gobierno de Uruguay. Paraguay, invitado, no quiso adherir. Esto significó la declaración de guerra a Rosas.  

 Los rosistas dirán que el resto de las provincias ratificaron a Rosas, pero sabemos que los gobernadores habían sido puestos por Rosas o le respondían. Como muestra digamos que Santa Fe, bajo el mando de Echagüe también adhirió a Rosas, pero a su momento, apenas Echagüe salió de Santa Fe para enfrentar a Urquiza la capital se sublevó y se pasó de bando. También recordemos que ya Urquiza triunfante, la mayor parte del resto de las provincias adhirieron y reconocieron su autoridad. Es decir, hubo una guerra entre las provincias de Entre Ríos y Corrientes, más Brasil y parte del Uruguay contra la provincia de Buenos Aires. ¿Dónde está el ‘nosotros’ de CFK? (Para mí que va  por su corazón bonaerense y revisionista).

Hasta ahí, ninguna implicancia de predominio  liberal. En Caseros triunfó el federalismo del interior, opuesto a la hegemonía bonaerense. El sesgo liberal estuvo dado, en lo legal aunque no tanto todavía en los hechos, por la Constitución de 1853, inspirada en Alberdi. En todo caso, y esto no es coincidir con el revisionismo, si el interior perdió, fue en Pavón cuando Urquiza dio media vuelta y se replegó a su provincia dejando el campo libre al mitrismo, y a la hegemonía bonaerense.

Como confirmación del carácter sectario que se quiere imprimir al nuevo Instituto basta leer el decreto de creación (1880/2011), he aquí algunas expresiones que contiene:

… sino a la reivindicación de todas y todos aquellos que, como él, defendieron el ideario nacional y popular ante el embate liberal y extranjerizante de quienes han sido, desde el principio de nuestra historia, sus adversarios, y que, en pro de sus intereses han pretendido oscurecerlos y relegarlos de la memoria colectiva del pueblo argentino.
Que la actividad del Instituto permitirá profundizar el conocimiento de la vida y obra de los mayores exponentes del ideario nacional, popular, federalista e iberoamericano…(a continuación lista serie de personajes supuestamente incluidos en esta descripción)
Créase, en jurisdicción de la SECRETARIA DE CULTURA de la PRESIDENCIA DE LA NACION, el INSTITUTO NACIONAL DE REVISIONISMO HISTORICO ARGENTINO E IBEROAMERICANO “MANUEL DORREGO”, con carácter de organismo desconcentrado, cuya finalidad primordial será el estudio, la ponderación y la enseñanza de la vida y obra de las personalidades de nuestra historia y de la Historia Iberoamericana, que obligan a revisar el lugar y el sentido que les fuera adjudicado por la historia oficial, escrita por los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX

1) Se indica allí que el Instituto se dedicará a reivindicar a todos los que defendieron el ideario ‘nacional y popular’, es decir la ideología entronizada por CFK como doctrina oficial.
2) Hay y hubo un ‘embate liberal y extranjerizante’, es decir, de entrada los que piensan distinto son catalogados, como corresponde a la metodología populista, de antinacionales o extranjerizantes. Además, el pensamiento liberal es incluido en el grupo de antinacional y extranjerizante, quizás por la fobia revisionista antiliberal, compartida manifiestamente por el presidente del Instituto.
3) ‘Todos’ los que defendieron el ideario ‘nacional y popular’ (y el decreto agrega una lista de algunos de los que el gobierno considera dentro de ese grupo) han tenido adversarios que han pretendido oscurecerlos y relegarlos de la memoria del pueblo argentino. O sea, los que no estaban con Rosas, Ramírez, F. Varela, Yrigoyen o Perón (y otros) actuaron en base a oscuros intereses (por supuesto, eran enemigos antinacionales y antipopulares).
4) Oficialmente CFK declara que a estas ‘personalidades’ la historia oficial (anterior a la era kirchnerista) les adjudicó un lugar y sentido que no corresponde ateniéndose a lo prescripto ‘por los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX’. Acá se hace una grave acusación de parcialidad mal intencionada a todos los historiadores que no adscriben a la línea ‘nacional y popular’ y trabajan en varias Universidades nacionales y el CONICET. Como si sus estudios, que han puesto en blanco y negro tanto las virtudes como los defectos de ambas facciones de los enfrentamientos del siglo XIX estuviesen viciados de seguir los lineamientos de los vencedores de aquel siglo. No en vano han surgido airadas respuestas a estas afirmaciones de parte de varios historiadores.
Es obvio que el Instituto recién creado ha de producir materiales didácticos y que estos se dedicarán a implantar una ideología ‘nacional y popular’ tal como la Presidenta indica en su proclamada ‘lucha de ideas’ (ver artículo 3, inciso c del mencionado decreto). Los artículos 3 y 4 del decreto son un verdadero plan de inserción de la ideología revisionista ‘nacional y popular’ en su variante kirchnerista en la mentalidad de la población en general.

La Asociación de Mayo y ‘La Joven Argentina’
Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi,  Juan María Gutiérrez y 35 jóvenes porteños el 23 de junio de 1837 se reunieron para reconocerse y fraternizar en pensamiento y acción.
Entre los principios de la acción de estos jóvenes se afirmaban (entre otros): ’Continuación de las tradiciones progresivas de la Revolución de Mayo. Independencia de las tradiciones retrógradas que nos subordinan al antiguo régimen. Emancipación del espíritu americano. Organización de la patria sobre la base democrática. Confraternidad de principios. Fusión de todas las doctrinas progresivas en un centro unitario. Abnegación de todas las simpatías que puedan ligarnos a las dos grandes facciones que se han disputado el poderío durante la revolución’ 

Nótese la mención al espíritu americano. Para los revisionistas que cantan loas al americanismo.
Nótese la renuncia a cualquier simpatía con cualquiera de las dos facciones (unitarios y federales) que se disputaron el poderío. Esto para los revisionistas que quieren hacer una división en dos bandos, sin posibilidad de otra opción. Los jóvenes de la generación del 1837 querían superar tanto al unitarismo fosilizado de los rivadavianos como a la tiranía rosista. 

La Asociación de Mayo quedó constituida el 8 de julio de 1837 y pronto tuvo filiales en las provincias de Tucumán, Córdoba y San Juan. Esteban Echeverría escribió las bases doctrinarias en el llamado ‘Dogma Socialista’. La síntesis del programa se expresaba en ’Mayo, progreso y democracia’.
La defensa del revisionismo de la ideología rosista y de los señores patriarcales que gobernaron la mayoría de las provincias en aquel tiempo representa la reinstauración del espíritu tradicionalista del inmovilismo, del corporativismo y de las peores tradiciones coloniales. Entiéndase que no todos los caudillos provinciales representaron tendencias retrógradas. No conozco los detalles de todas las provincias pero tengo estima por Estanislao López (absolutamente relegado al olvido en Buenos Aires), Gervasio Artigas y Justo J Urquiza. 

Repasemos lo que decía el ‘Dogma Socialista’ en su capítulo 10 sobre ‘Independencia de las tradiciones retrógradas…’:

Dos legados funestos de la España traban principalmente el movimiento progresivo de la revolución americana: sus costumbres y su legislación.
Un orden político nuevo exige nuevos elementos para constituirlo.
Las costumbres de una sociedad fundada sobre la desigualdad de clases, jamás podrán fraternizar con los principios de la igualdad democrática.
La España nos dejó por herencia la rutina, y la rutina no es otra cosa en el orden moral, que la abnegación del derecho de examen y de elección, es decir, el suicidio de la razón; y en el orden físico, seguir la vía trillada, no innovar, hacer siempre las cosas en el mismo molde, ajustarlas a la misma medida; y la democracia exige acción, innovación, ejercicio constante de todas las facultades del hombre, porque el movimiento es la esencia de su vida.
La España nos imbuía en el dogma del respeto ciego a la tradición y a la autoridad infalible de ciertas doctrinas; y la filosofía moderna proclama el dogma de la independencia de la razón y no reconoce otra autoridad que la que ella sanciona, ni otro criterio para decidir sobre principios y doctrinas, que el consentimiento uniforme de la humanidad.
La España nos recomendaba respeto y deferencia a las opiniones de las canas, y las canas podrán ser indicio de vejez, pero no de inteligencia y de razón.
La España nos enseñaba a ser obedientes y supersticiosos y la democracia nos quiere sumisos a la ley, religiosos y ciudadanos.
La España nos educaba para vasallos y colonos, y la patria exige de nosotros una ilustración conforme a la dignidad de hombres libres.
La España dividía la sociedad en cuerpos, jerarquías, profesiones y gremios y ponía al frente de sus leyes, clero, nobleza, estado llano o turba anónima; y la democracia, nivelando todas las condiciones, nos dice: que no hay más jerarquías que las que establece la ley para el gobierno de la sociedad;…

Que propone el revisionismo? Volver a la sociedad estamental, a las tradiciones, a los valores de la colonia bajo el disfraz de la doctrina ‘nacional y popular’. No es esto totalmente contrario a la doctrina de la Asociación de Mayo?

Veamos otro párrafo donde hablan de la legislación de raíz hispana aplicada por el rosismo:

Para destruir estos gérmenes nocivos y emanciparnos completamente de esas tradiciones añejas, necesitamos una reforma radical en nuestras costumbres; tal será la obra de la educación y las leyes.
Una legislación semibárbara, dictada en tiempos tenebrosos por el capricho o la voluntad de un hombre, para escuchar los intereses y afianzar el predominio de ciertas clases; una legislación hecha, no para satisfacer las necesidades de nuestra sociedad, sino para robustecer la tiranía de la metrópoli; una legislación destinada a los colonos y vasallos, no a ciudadanos; una legislación que eterniza los pleitos y diferencias, causando la ruina de los particulares y del Estado; que abre ancho campo a la mala fe y los abusos; que da margen a las cavilaciones de una jurisprudencia oscura y vacilante, erizada de argucias escolásticas; una legislación, en suma, que no tiene raíz alguna en la inteligencia de la nación y que mina por el cimiento los principios de la igualdad y la libertad democrática, jamás podrá convenir a la América independiente.
Nuestra legislación debe ser parto de la inteligencia y costumbres de la nación.
Educar al pueblo, morigerarlo, será el modo de preparar los elementos de una legislación adecuada a nuestro estado social y a nuestras necesidades.

No nos recuerda el capricho de la voluntad de un hombre a alguien que toma el teléfono y dice a cada uno lo que quiere que compre o venda, lo que se puede o no importar o exportar? No nos recuerdan los DNU las argucias escolásticas para justificar lo inexplicable. No nos parece familiar la jurisprudencia oscura y vacilante, que abre ancho campo a la mala fe y los abusos. No nos recuerda la casuística kirchnerista a aquella legislación que eternizaba los pleitos y las diferencias?

El auge del revisionismo bonaerense, de la mano de las potestades omnímodas que el oficialismo a otorgado a la Presidenta Fernández, cual nuevo Unicato, representa la negación de los ideales de la generación de 1837 y de la Constitución de 1853. 

El Instituto Revisionista no hace más que poner el marco ideológico que sirva de sostén filosófico-histórico a la coalición que conforma al kirchnerismo. No hace otra cosa que poner un marco legal al academismo orgánico al kirchnerismo en su vertiente ‘nacional y popular’ en su búsqueda por la hegemonía ideológica. Es un intento en escribir una historia oficial, en la línea de los más siniestros antecedentes de todos los regímenes antidemocráticos.

martes, 6 de diciembre de 2011

Cristina Kirchner manda crear una nueva historia oficial. Parte dos: revisionismo bonaerense y hegemonía ideológica

Continuamos analizando la creación del Instituto Revisionista oficial en Argentina:


Expresiones de la posición revisionista en su vertiente bonaerense pueden verse en varios discursos de la Presidenta, que nació, no por casualidad, en la capital de la Provincia. 

Yo luzco muy orgullosa esta insignia federal que me colgó recién un Colorado del Monte, con la figura del brigadier don Juan Manuel de Rosas y de su esposa doña Encarnación Ezcurra, esa gran mujer ocultada por la historia, verdadera inspiradora de la revolución de los restauradores, que permitió precisamente que el Movimiento Federal pudiera continuar. Pero bueno, a las mujeres siempre nos cuesta más aparecer, ahora cuando aparecemos hacemos historia como doña Encarnación.

Este párrafo corresponde al discurso pronunciado por la Presidenta el 18 de noviembre de 2011 durante la celebración del día de la Soberanía Nacional en conmemoración del combate de la Vuelta de Obligado (en la Pcia. de Bs. Aires).
Sobre lo dicho haremos las siguientes observaciones:
1) La insignia federal nunca tuvo la imagen de Rosas, salvo en la Pcia de Bs. Aires. Acá los bonaerenses se apropian del federalismo imponiendo su héroe Rosas a una celebración supuestamente Nacional. Los colorados del monte eran una especie de ejército personal de Rosas que le permitió dominar primero la provincia y luego el país.
2) Si bien uno puede celebrar que armas de las Provincias Unidas hayan intentado detener a la flota anglo-francesa que pretendía abrir al comercio internacional la vía del río Paraná, no se debe perder de vista que el origen último de la acción fue la pretensión de Rosas (es decir la Pcia. de Bs. Aires)  de querer que todo el comercio con el país y con Paraguay pagase derechos de aduana en Buenos Aires.
Rosas llevó una política exterior totalmente agresiva con respecto a los países vecinos. Invadió el Uruguay del cual no respetaba la independencia reconocida durante el gobierno anterior de Dorrego por la Convención Nacional de Santa Fe el 25 de septiembre de 1828 junto con la sanción de la paz con Brasil. El pretexto era ayudar al gobernante Oribe el cual fuera depuesto por Rivera con ayuda de exiliados argentinos y fuerzas francesas. El resultado final fue un prolongado sitio a Montevideo por parte de Oribe que terminaría cuando este fue vencido por Urquiza como paso previo a Caseros. El sitio de Montevideo aparte de violar la independencia de Uruguay buscaba bloquear el comercio a través de esa plaza con las provincias del litoral y con Paraguay. Si nos entretenemos en las innumerables peripecias de la guerra civil en Uruguay, con la participación de dos bandos argentinos, de Brasil, de los franceses y otras tropas (hasta Garibaldi estuvo) corremos riesgo de perder el sentido que tenía y porqué se prolongó por décadas. Es por ese motivo que la flota francesa prestó apoyo permanente a Montevideo, no por ayudar a los vascos o los privilegios de los ciudadanos franceses en Buenos Aires. Se trataba de proteger el comercio con el litoral lejos del alcance de la aduana bonaerense.
Tampoco reconoció Rosas la independencia de Paraguay y mantenía restringido el comercio con ese país por el río Paraná. La pretensión era que se incorporase a la Confederación Argentina, como si Paraguay no hubiese expresado claramente que NO QUERÍA saber nada con los argentinos. Con Brasil las relaciones fueron siempre tensas con motivo de la situación en Uruguay y otras fronteras. Pero Brasil tuvo muchos conflictos internos que impidieron que actuase más directamente hasta que llegó a aliarse con Urquiza.
También mantuvo tensas relaciones Rosas con Bolivia con quien tuvo una guerra compartida con Chile. Las relaciones con este último país tampoco fueron buenas por la pretensión rosista de que no se permitiese la acción de los exilados argentinos. Hubo además conflictos en la zona de Magallanes que Rosas dejó sin resolver. Cuando alguien se pelea con todos los vecinos, ¿Quién es el busca pleitos? Este es el gran defensor de la soberanía que el revisionismo quiere vendernos.
La propaganda bonaerense no puede ocultar que el combate de Obligado fue una acción en suelo provincial y realizada por fuerzas casi exclusivamente provinciales. El resto de las provincias prestaron poco apoyo para impedir la navegación de los barcos pues ello iba contra sus intereses comerciales, Corrientes recibió a los barcos aunque el comercio fue de poca monta y lo mismo ocurrió en Paraguay. Corrientes fue una provincia permanentemente en guerra contra Rosas por ser muy perjudicada por el bloqueo a los ríos Paraná y Uruguay, en algún momento se alió con Paraguay contra Rosas y solamente se mantuvo retenida dentro del conjunto de las provincias rioplatenses por la fuerza de los ejércitos ‘federales’.
Debe recordarse que el litoral (Santa Fé, Entre Ríos y Uruguay) estaba bajo la ocupación de los ejércitos de Rosas ‘justificada’ con la excusa del conflicto con el Uruguay y otras luchas de la guerra civil. Así el ‘federalismo’ rosista en los hechos se convertía en la ocupación por medio de sus armas amigas de gran parte del país.
Que Cristina Fernández haya instituido el aniversario del combate de Obligado como fiesta Nacional, por un decreto de ‘necesidad y urgencia’ sin consulta al Congreso, indica bien el modus operandi del revisionismo en su versión bonaerense.
3) Doña Encarnación Ezcurra no fue ninguna ‘gran’ mujer ni menos ‘ocultada’ por la historia. Decir esto o bien denota una ignorancia supina o bien es fruto del más grande sesgo bonaerense.
Esta mujer fue la esposa de Rosas y era algo así como su jefa de inteligencia. Cuando Rosas terminó su primera gobernación de la provincia el 17 de diciembre de 1832 fue sucedido por Juan R Balcarce. Rosas decidió dedicarse a la lucha contra el indio para ganar territorios para las actividades agropecuarias. Mientras Rosas estaba en la campaña su esposa lo mantenía informado de toda la acción política en Buenos Aires. A su vez, ella y su hermana armaron un servicio de informaciones en base a la colaboración del personal de servicio el cual era compensado con diversos favores a cambio de los informes. Esto no fue ni más ni menos que un incipiente sistema de proselitismo clientelar y de espionaje.
Encarnación Ezcurra era una exaltada partidaria de su marido, mucho más proclive a la acción violenta contra sus adversarios incluso que su marido. Fue una de las personas que constituyeron la facción federal llamada de los apostólicos (por la firmeza de sus convicciones), opuesta a la de los llamados los ‘doctrinarios’.  Los doctrinarios no eran ‘unitarios’ como CFK parece creer, sino los federales urbanos, tal como había sido Dorrego. Se oponían a Rosas y su pretensión de tener ‘la suma del poder público’. Por la forma en que se vestían sus enemigos los llamaron despectivamente ‘lomos negros’. Los apostólicos de Rosas formaron sus grupos de choque que tomaron luego la denominación de Mazorca, de triste memoria por su acción durante el terror del segundo gobierno de Rosas.
Fue Ezcurra la que incitaba a la rebelión contra el gobierno de Balcarce mostrando su carácter drástico en su correspondencia con su marido. El gobierno de Balcarce tomó medidas para prohibir la circulación de varios diarios de la facción opuesta, uno de los que se llamaba ‘El Restaurador de las Leyes’. Los apostólicos convencieron a sus partidarios que lo que se trataba de hacer era procesar al mismo Rosas lo cual fue la excusa para iniciar el golpe llamado ‘Revolución de los Restauradores’. Los partidarios se congregaron  en la campaña y situaron la ciudad apoyados por tropas del general Agustín Pinedo hasta que lograron la renuncia de Balcarce el 3 de noviembre de 1833. El sucesor fue Viamonte que poco después tuvo que renunciar también. A Cada paso la Legislatura ofrecía la gobernación a Rosas pero este reclamaba la suma del poder público y como no se lo daban no aceptaba. Así siguió este minué hasta que finalmente la Legislatura le dio la suma del poder público a Rosas y este aceptó asumir el 13 de abril de 1835, o sea después de un año y medio de tironeos.
Si para la Presidenta toda esta lamentable sucesión de fracasos institucionales comandados en las sombras por una pareja de ambiciosos que buscaban obtener el poder total (Rosas y su esposa y cómplice E Ezcurra) le parece que ‘permitió precisamente que el Movimiento Federal pudiera continuar’ o bien CFK ignora totalmente la historia o bien tiene una visión tendenciosa del episodio digna del más rancio revisionismo bonaerense.
Porque acá hay que afirmar bien claramente que tanto Dorrego (que estuvo enfrentado a Rosas) como J Balcarce eran federales de base urbana, tanto o más federales que Rosas y lo que se dirimía era la prevalencia de la economía urbana o la rural asociada a la estancia. Una vez más aparece el incipiente conflicto entre la provincia rural contra la ciudad urbana, que iba a proseguir y mantenerse incluso en la actualidad. En la revolución de los restauradores se produjo el sitio formal de la ciudad, que se repetiría numerosas veces incluso después de la nacionalización de la Capital Federal. Pero el revisionismo bonaerense está interesado en presentarse como el paladín del federalismo y el nacionalismo y esa es la línea de pensamiento que adoptó nuestra Presidenta.
Durante la época del cualunquismo menemista se repartieron nombres de personalidades femeninas a diversas calles del nuevo distrito de Puerto Madero en la Capital. No faltó una calle para homenajear a Encarnación Ezcurra (ordenanza 52180/97), lo que no deja de ser una ofensa para las otras mujeres de verdadera valía, totalmente ajenas a las prácticas totalitarias de esta esposa del tirano Rosas. La ciudad misma podría sentirse afectada pero lo peor que se puede hacer es participar de la fiesta del cambio de nombre de calles y otros sitios públicos. Ya está hecho. Al fin de cuentas nació en Buenos Aires, era hija de esos tiempos.
4) CFK vuelve a la carga con su sonsonete de las trabas al progreso femenino. Si los argentinos tenemos hoy que soportar sus discursos diarios y todo su rebosante baño ideológico y propagandístico, ya está bien compensada la cuota de feminismo por un largo rato.

Sigue después la Presidenta en ese mismo discurso aclarando la intención de su mensaje, como un prólogo a la mención del Instituto:

Les decía que hoy tenemos la necesidad de darle una resignificación a la soberanía nacional, que durante el siglo IX fundamentalmente y parte del siglo XX se debatió militarmente, era un concepto casi de ocupación territorial. La resignificación debe estar dada hoy en el campo de la lucha de las ideas y también de la decisión de cada país de construir un proyecto de nación de acuerdo a sus propios intereses integrándose junto a sus hermanos de la región, en un mundo conflictivo y complejo que se derrumba, como también pasó

1) Es clara aquí la intención de que la creación del Instituto, para CFK, se inscribe en la lucha por las ideas y la construcción de SU proyecto de Naciónen un mundo que se derrrumba (proyecto que, por supuesto, CFK identifica con los intereses nacionales y latinoamericanos). Y el mundo que se derrumba por no hacer caso a sus indicaciones en el G-20! Alguna mención a la búsqueda desinteresada de la verdad? No parece.
Otro párrafo posterior ratifica la misma idea:

Y ahora, en este mundo que también parece derrumbarse y desde el cual nos daban lecciones de cómo hacer las cosas, nosotros, los argentinos, no ya con cadenas, no ya con buques, no ya con un concepto militar sino con un concepto económico, político, social y cultural, debemos también dar esa batalla de ideas, esa batalla por la soberanía intelectual. Lo hacemos en el marco de un proyecto que nacido en el año 2003 remó contra viento y marea, nadamos como los salmones contra la corriente.

Alguna duda que las ideas de que se trata de divulgar son las del kirchnerismo, las que ‘nacieron’ en 2003?
Y siguió la Presidenta reforzando su visión y su objetivo proselitista:

Pero bueno, acá estamos en este día maravilloso de los argentinos, que hemos vuelto a recuperar en nuestro calendario de fechas patrias, que estaba ocultado. ¿Por qué estaba ocultado? Porque era necesario convencer a cada uno de nosotros que era imposible oponerse o luchar contra las grandes fuerzas, de la misma manera que nos tuvieron convencidos hasta el año 2003 de que no se podía hacer nada que no estuviera autorizado por el Fondo Monetario Internacional, que no se podía hacer nada que fuera contra la corriente porque entonces nos íbamos a sumergir en el aislamiento…

1) Acá nos revela CFK que el maravilloso día de la Soberanía Nacional estaba oculto, esperando que ella los redescubriese, como otros sentidos de la historia ocultos por las malvadas generaciones anteriores. No sabemos porqué no se recuperó el día de la La Reconquista (de Buenos Aires cuando fuera ocupada por los ingleses en 1806). La Reconquista se celebraba en época del Gral J D Perón el 12 de agosto con un feriado. También se conmemoraba la Defensa de Buenos Aires ocurrida en julio de 1807. Estas fechas son los desaparecidos del santoral kirchnerista, ocultadas y nunca recordadas, quizás porque no había un héroe ‘nacional y popular’ para venerar en aquellos tiempos. Será porque alguien quiere convencernos de cuanto le debemos a la hegemonía del pensamiento bonaerense-santacruceño que pretende inundar nuestras mentes.

Continuará...

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Cristina Kirchner manda crear una nueva historia oficial. Primera parte: un poco de historia


En marzo de 1835, luego de un plebiscito consagratorio, el tirano Juan Manuel de Rosas asumió su segunda gobernación de la Provincia de Buenos Aires (Argentina actual) con la suma del poder público, que había requerido como condición para aceptar hacerse cargo.
Como parte de su poder autoritario, el gobierno rosista persiguió las manifestaciones de pensamiento contrarias a su accionar, exigiendo veneración por la persona del Ilustre Restaurador de las Leyes y el sistema federal, al que el gobierno rendía tributo en las palabras pero no tanto en los hechos.
Así, por ejemplo, el 27 de enero de 1836 se dispuso que para obtener el grado de Doctor de la Universidad de Buenos Aires debía acreditarse ante el gobierno haber sido sumiso y obediente a sus superiores en los cursos de estudios y servir lealmente a la causa de la Federación.
Las condiciones cada vez más represivas del régimen condujeron al virtual cese de actividades de la Universidad, siendo casi nulo el número de graduados.
En materia de educación elemental es conocido que Rosas entregó la educación en manos de la Iglesia cuyos representantes consintieron en poner su imagen en los altares y procesiones. La orden de los jesuitas, que retornó al país por entonces, fue expulsada poco tiempo después por no querer mezclarse en este coro de interesadas alabanzas, a pesar de haber adoptado una actitud política prescindente.
Con Rosas se produce la primera intromisión sangrienta de la campaña bonaerense dentro del núcleo urbano de Buenos Aires. Las tensiones entre los grupos ilustrados  y más o menos radicalizados impulsores de la Revolución de Mayo (Moreno, Castelli) residentes en el centro porteño y los grupos más conservadores, a veces decididamente monárquicos, de mayor peso en la periferia aparecieron francamente al tiempo de la revolución de abril de 1811 cuando Saavedra fue investido con el máximo poder dentro de la Junta Grande.
Rosas había nacido en una familia de rancia tradición colonial hispana (goda). Su actuación militar se limitó a las invasiones inglesas pues no participó en las luchas de la independencia. Su ideario era francamente monárquico, y al estar constreñido por la organización del país a las formas republicanas optó por un tipo de gobierno despótico, es decir una monarquía bajo la apariencia de una república.
En la organización nacional siempre estuvo dentro de la facción federal pero entendiendo al país como una confederación de provincias aliadas de gobiernos independientes. Con la salvedad de que poco a poco fue aprovechando las circunstancias históricas o la fuerza de sus ejércitos para ubicar en las gobernaciones a individuos incondicionales a su persona. Siendo un ejemplo claro de su proceder lo que hizo con la provincia de Santa Fe, donde mantuvo una cauta distancia con el Brigadier Estanislao López pero, a su muerte, intervino en la provincia desalojando a Cullen el primer sucesor, e instaló a Pablo López un hermano de Estanislao, pero cuando este, a su vez, intentó oponerse lo derrocó y terminó poniendo al general Echagüe, un subordinado de Rosas.
Rosas tuvo la picardía de llamar unitarios a todos sus opositores, aunque muchos de ellos eran verdaderos federales. Esta denominación ha sido perpetuada por la costumbre y por los historiadores revisionistas para desacreditar a los que no simpatizaban con Rosas. Por ejemplo, cuando Urquiza, que había sido su aliado por años, decidió sublevarse los diarios de Buenos Aires se llenaron de improperios contra Urquiza a quién tildaban de salvaje, loco, y por supuesto ‘unitario’. Eran un rudimentario antecedente de la guerra ideológica ahora tan de actualidad.
Rosas, a pesar de haber nacido en la ciudad, por su distanciamiento con sus padres y su predilección eligió la vida de campaña, habiendo pasado la mayor parte de su tiempo sea en trabajos de estanciero o en campañas militares, antes de su segunda gobernación. Incluso durante su prolongada dictadura eligió vivir en Palermo, que era por entonces un arrabal poco edificado.
Rosas representó conscientemente, hasta por su propia confesión, los intereses de grupos ganaderos siendo el mismo un gran terrateniente criador de ganado, dueño de saladeros y también de cultivos de trigo. Sus intereses eran contrapuestos a los grupos elitistas criollos del núcleo urbano  ligados al comercio y las profesiones liberales. Era en cambio un aliado de los comerciantes ingleses que introducían al país todo tipo de productos manufacturados y representaban el complemento a las exportaciones de cueros y carne salada. Rosas tenía el indudable apoyo de todos los paisanos (gauchos) de la campaña bonaerense, dedicados mayormente a tareas de campo, apoyo que sobrevivió incluso a su destitución y exilio. También fue apoyado por grupos de ganaderos y comerciantes ligados al negocio de la ganadería y por secuaces, gentes de a cuchillo que aterrorizaban o atacaban a los opositores. Los grandes ganaderos usaron a Rosas para sus fines y lo abandonaron no bien fue vencido por Urquiza, de lo cual Rosas se lamentaba amargamente ya en el exilio. Los cuchilleros (mazorqueros), en cambio, sufrieron la persecución de los triunfadores de Caseros y varios fueron ajusticiados.
También tuvo Rosas la simpatía de los trabajadores más humildes de la ciudad, gente que servía en las casas de gente acomodada y formaron parte de un incipiente servicio de inteligencia del rosismo usado para espiar a los opositores. Esto se puede considerar  un antecedente de la actual  SI (Ex SIDE) en este tipo de tareas.
Los escritores revisionistas han dibujado una figura de un Rosas idealizado, un héroe de a caballo defensor del federalismo, de la integridad territorial contra la agresión extranjera y sus aliados unitarios internos. Esta es una versión parcializada destinada a combatir las fracciones conservadoras de la política de inicios del siglo XX, oponiendo ideológicamente a Rosas contra los paladines de la ideología liberal como Alberdi, Sarmiento o Mitre y después a los conservadores de la generación del 80.
Rosas no fue ningún enemigo de los ingleses ni de Inglaterra. Fue si enemigo de los intereses franceses en el Río de la Plata, pero de los ingleses fue un socio táctico y gozó de todo el apoyo de los comerciantes ingleses de Buenos Aires en forma permanente, incluso en épocas del bloque inglés. Con la diplomacia inglesa tuvo enfrentamientos cada vez que los ingleses intentaron vulnerar los intereses de la Provincia. Como el caso del famoso combate de la Vuelta de Obligado cuando la escuadra franco-inglesa intentó navegar por el río Paraná, contra la pretensión de Rosas de que pagasen tributos en la aduana bonaerense. El revisionismo ha usado este episodio de patriotismo bonaerense para erigirlo en una supuesta celebración nacional. En realidad, lo que Rosas defendía era la pretensión de seguir explotando a las provincias litorales y al Paraguay haciéndoles tributar en la aduana porteña, no el punto más teórico de la libre navegación del Paraná. Por supuesto, esto no justifica el atropello de los ingleses y franceses ni el apoyo de los exilados argentinos en Montevideo, pero Rosas no fue lo que nos quieren vender los lobistas bonaerenses, ahora con la colaboración de CFK. No fue enemigo de los ingleses, solo estuvo enfrentado con los intereses de la corona durante la administración de Robert Peel y su ministro Aberdeen que habían adoptado un acercamiento con la Francia del ministro Guizot, lo que les valió  el mote de afrancesados. Los desastrosos resultados de la aventura conjunta, más el cambio de la opinión pública por resistencias a medidas como las leyes de importación de granos forzaron la salida de Peel y su remplazo por Lord Palmerston, otro gran amigo de Rosas en su exilio.
Rosas no tuvo espíritu republicano, era un admirador de la Santa Alianza y su gobierno brindó honores a varios nobles ingleses, incluso decretó tres días de duelo por la muerte del rey Jorge de Inglaterra, cosa que no hizo para la muerte de San Martín. No por nada los ingleses lo recibieron en Plymouth (Inglaterra) con salvas de cañonazos a su llegada al exilio.
En fin, no nos extenderemos más sobre las bellas cualidades que adornaron la persona del tirano Rosas pues solo queremos mostrar cuan débiles son los argumentos que exhibe la Presidente Cristina Fernández en su cruzada revisionista de la historia. Está claro que Rosas fue solamente un héroe bonaerense, que sirvió a los intereses de los ganaderos dominantes de la provincia (aunque residieran en la ciudad), y que Rosas conformó un verdadero ejército de ocupación encabezado por los Colorados del Monte (su milicia personal) y que tuvo sujeto al terror a gran parte de la población de la ciudad de Buenos Aires de entonces. Como héroe bonaerense los bonaerenses han llenado la Provincia de calles, estatuas, plazas y otros sitios con su nombre. En cambio, en otros lugares su nombre suscita reticencias o abiertos rechazos. Pero los bonaerenses no cejan en su intento de hacer de Rosas un héroe nacional. Y con la ayuda de la Presidenta podrían lograrlo.
La academia revisionista K
Todos los gobiernos necesitan justificar su proceder con apelaciones al patriotismo y a su misión histórica. Sin embargo, el grado de presión ideológica que ejercen sobre la población en busca de auto justificarse varía según la apertura ideológica a la admisión del disenso y la oposición existente entre su ideología y la prevaleciente al momento de su implantación al poder. Algunas variantes del peronismo han sido muy activas en la colonización ideológica de la población y la persecución de las ideologías opuestas o disidentes. En cambio el menemismo, aunque tuvo algunos conatos de persecución del periodismo crítico más bien se caracterizó por un cualunquismo ideológico, donde cualquier opinión era tolerada mientras no interfiriera con el devenir de su gobierno. Así, bajo el manto de una supuesta pacificación, el menemismo pudo ilustrar billetes de diversas nominaciones con las figuras ideológicamente opuestas de Sarmiento, Mitre y Rosas.
El primer peronismo de los 40 y 50 fue particularmente activo en la monopolización de los medios de comunicación de la época: radios, diarios, cine y televisión. El mensaje organizado desde la Secretaría de Prensa y Difusión a cargo de Raúl Apold intentaba convencer a la población de las bondades de una supuesta tercera posición, diferente tanto del capitalismo como del socialismo, que era la obra ideológica de Perón. En realidad se trataba de un capitalismo de Estado, con grandes transferencias de recursos intersectoriales lejos de toda indicación del mercado.
En esa época no se cuestionaron los héroes patrios tradicionales: San Martín y Belgrano compartieron honores con Sarmiento, Mitre y Roca en la nomenclatura de las principales líneas de los ferrocarriles recientemente nacionalizados. Rosas no tuvo esta distinción.
Con la vuelta del peronismo en los 70 al poder hubo otra ola de adoctrinamiento ideológico dirigido desde el gobierno. Por ejemplo, la vieja radio Municipal (en la Capital Federal) que había sido tradicionalmente un refugio de la música llamada clásica o culta, o de disertaciones varias, fue invadida por toda clase de programas dedicados a explicar la historia del peronismo, sus virtudes teóricas, la vida y milagros de Perón y Eva Perón, etc. Esta vez el peronismo no se entretuvo en apoderarse de la prensa escrita, en cambio, pulularon multitud de diarios y revistas de orientaciones encontradas, todas supuestamente ‘peronistas’.  El gobierno de Isabel estatizó los canales de TV armas en mano amparándose en el cese de las concesiones, y lanzándose a armar programas que enfocaban la problemática social desde  un punto de vista semi-oficialista o abiertamente  propagandístico.
El peronismo K, y su variante cristinista han vuelto a poner gran énfasis en la reinterpretación  o, directamente la reescritura, de la historia. Para ello han gastado fortunas del erario público para subsidiar publicaciones o radios afines, crear canales de TV, rodar películas, organizar cátedras, congresos y otros vehículos ideológicos para inundar la población con sus puntos de vista. Hasta ahora no parece haber una central que unificase el discurso oficial, dando lugar a diversas orientaciones o variantes alrededor de la palabra afín al gobierno. La cátedra más cercana a la oficial ha sido la del Ministerio de Educación, orientadora de los contenidos de la educación nacional, así como el canal de TV Encuentro, encargado de propagar gran cantidad de contenidos ideológicos (bajar línea) con mucho contenido marxista pero poco revisionismo. También la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires ha sido particularmente activa en la propagación del credo justicialista, nacional y popular.
Ahora la presidenta Cristina Fernández ha creado un instituto revisionista oficial. Si se analiza el discurso de CFK se nota una componente revisionista, y nada de marxismo. Cabe preguntarse si la ideología del gobierno tendrá el viraje correspondiente.
La principal autoridad del recientemente creado instituto ha sido otorgada al historiador Mario ‘Pacho’ O’Donnell.  Este versátil historiador, psiquiatra, conferencista y político ha sido históricamente partidario de la UCR, del peronismo menemista y ahora del kirchnerismo. Este escritor y polemista es autor de la infame asimilación de unitario con liberal, pretendiendo unir en el escarnio las ideas odiadas por el revisionismo de unitario o liberal. Esta asimilación es totalmente falsa, como se muestra con las figuras de Alberdi, que nunca fue unitario, fue convencido federal y liberal política y económicamente y de otra figura de orientación liberal y federal que fuera Leandro Alem (ver por ej.: Ezequiel Gallo, Alem: federalismo y radicalismo, Bs. As.,Edhasa,2009,pg 109).  Dos ejemplos que muestran cuan tendencioso puede ser el pensamiento revisionista. 
O’Donnell, aparte de su vocación neokirchnerista, es abiertamente anti-liberal, de la vertiente ‘nacional y popular’ como se auto define, y una línea ideológica que atribuye gran parte de los males que padece Argentina a las políticas liberales, neoliberales, antinacionales, etc, etc.  La gran mayoría de los miembros del nuevo instituto se pueden adscribir a la línea afín a este pensamiento para el que la caída de Rosas fue un retroceso para el país. O’Donnell caracteriza estas líneas como muy cercanas al peronismo y herederas del revisionismo de principios del siglo XX y del grupo FORJA. No todos los miembros del grupo inicial del Instituto participan de las ideas, o de todas las ideas de O’Donnell. Por ej. la historiadora Araceli Bellota, vicepresidente 1ª del Instituto, aclara que no comparte su opinión sobre Sarmiento, de quien rescata su labor precursora del trabajo de la mujer y educativa. Tampoco comparte la visión maniquea típica del kirchnerismo que divide a los sujetos de la historia en buenos o malos, por ej reclama una consideración cuidadosa de J. A. Roca como representante de la opinión mayoritaria de su tiempo (o de los grupos entonces gobernantes). Nos preguntamos cuanto tiempo podrá Araceli sobrevivir dentro de este Instituto cuya motivación no confesa parece claramente como la de reescribir la historia, no de hacer un análisis imparcial de la misma.
A O’Donnell se lo rodea, en la conformación del cuerpo académico, de un grupo de historiadores, políticos, escritores, cineastas, periodistas de neta tendencia kirchnerista, por lo que se puede inferir que, más que el estudio de figuras descuidadas por la historia anterior (tal como dice el decreto de creación), lo que se pretende es difundir una visión consagratoria del kirchnerismo como culminación de un proceso que se origina en Mayo de 1810, atraviesa una serie de dificultades debidas a la acción de personajes negativos (muchos de ellos figuras de la historiografía oficial anterior) y se completa con las presidencias de la familia Kirchner.
La hegemonía peronista y kirchnerista en el instituto se confirma por la negativa de Norberto Galasso a incorporarse, explicada por O’Donnell por la orientación marxista de Galasso (La Nación, 28 de noviembre de 2011). Es decir, quieren un revisionismo de raíz peronista, el marxismo no tiene lugar. O’Donnell da por obvio que no invitaran a Halperín Donghi. Es que representa todo lo que ellos quieren confrontar. Una prueba más de que un instituto oficial es creado a propósito con una orientación tendenciosa. Típico de la familia Kirchner.
(continuará)