jueves, 3 de julio de 2014

Cristina arma su panteón ideológico antes de dejar la Rosada



Cristina de Kirchner quiere dejar su impronta ideológica escrita en el bronce y en la memoria histórica.



La semana anterior anunció que quería erigir las imágenes de los ex presidentes Yrigoyen (UCR) y Perón (Justicialismo) en la plaza de la República donde se encuentra el obelisco porteño. En un acto, supuestamente para recordar los 40 años de la muerte de J C Perón, CFK sacó a la luz su proyecto para poner las imágenes de dos presidentes populistas (que le sirven de modelo) cara a cara, a tamaño natural, frente al obelisco. Lo justificó, según su pensamiento, por haber sido ‘hombres formidables’ ‘de un coraje especial’ defensores de los intereses del pueblo y la Nación que sufrieron el hostigamiento de los medios de comunicación (recordemos que Perón tuvo el monopolio casi total de radios, diarios y TV en su primera etapa, por lo que la disidencia tenía que escuchar Radio Colonia del Uruguay para enterarse de las novedades). También mencionó que fueron derrocados por golpes militares (olvidó otros varios presidentes en la misma situación, por no serle simpáticos-Castillo, Frondizi, Illia, Isabel Perón). También agregó CFK que sus imágenes tenían que estar ‘en el centro de la República’.



Estas figuras venían a agregarse a otras del cura Mugica y de A Jauretche, ideólogos peronistas que ya había dispuesto en otro lugar de la avenida 9 de Julio anteriormente.



Todos estos monumentos, así como las gigantografías de Eva Perón que hizo poner clavadas a las paredes del edificio del ministerio que también está ubicado al costado de dicha avenida, tienen el mismo tipo de diseño que las figuras gigantescas que, como la del ‘Che’ Guevara, se encuentran en lugares estratégicos de La Habana.



Es obvia la intención de la Presidenta, de dejar como legado ideológico una serie de figuras de sus héroes predilectos, por lo que no sería extraño que hubieran seguido las de E Guevara, J M de Rosas y otras a seleccionar de su salón de los ‘patriotas latinoamericanos’. La Legislatura porteña negó el permiso para estas figuras presidenciales, que CFK daba por descontado. ¿Buscará otro modo o lugar para su homenaje?



Semejante ambición de trascendencia es así mismo motivo de las maniobras propagandísticas internacionales destinadas a distraer el duro hecho que, si quiere evitar un default, tarde o temprano tendrá que pagar la deuda con los holdouts originada por la torpe restructuración de la deuda externa hecha por su marido en 2005-2010. Néstor Kirchner estafó a multitud de deudores  pequeños obligándolos a aceptar la confiscación de más del 70% de la deuda en bonos argentinos, en vez de hacer una restructuración consensuada. Esto permitió que grandes bancos comprasen bonos de deuda a precios irrisorios y se presentasen a la restructuración haciendo pingües negocios. Pero, no solo eso, sino que luego de botar a su ministro de economía Lavagna, NK dio por desaparecido al resto de los bonos no ingresados al canje y este olvido permitió que fondos especulativos los adquiriesen y pidiesen el pago ante los tribunales de N York.



Ahora CFK, imposibilitada de seguir alargando los plazos, se verá obligada a negociar con los tenedores de estos bonos remanentes alguna forma de pago lo que haría temblar toda la construcción ideológica del ‘desendeudamiento’, del ‘no pasarán’ etc. Por eso acuden a las solicitadas en medios norteamericanos como The W Street Journal, las presentaciones en la OEA, la ONU donde se agita la imagen del país ‘extorsionado’ por los jueces de N. York y se suscitan opiniones solidarias. El efecto sobre el pago de la deuda será ínfimo, a lo sumo conseguir alguna facilidad  adicional de pago, es decir, pasar el fardo al que venga después. Todo ello preservando de entre casa la imagen del gobierno anti imperialista, libertador, nacional y popular.



Mientras tanto, ella sigue construyendo salones como el de ‘los pueblos originarios’ al que le cambiaron el nombre anterior de C Colón en la Rosada, un museo de la Memoria de la Guerra de Malvinas, un gigantesco Centro Cultural Nestor Kirchner en el antiguo palacio del Correo Central, sigue con el Museo del Bicentenario (también llamado N Kirchner) en la Rosada, desterró la estatua de C Colón que estaba frente a la Rosada para poner en su lugar la de J. Azurduy. También, con carácter formativo ideológico, cambió el billete de 100 pesos que tenía la imagen del presidente J. A Roca y lo convirtió en un homenaje a Eva Perón (y al kitsch) y borró a Sarmiento del billete de 50 pesos para poner una imagen de las islas Malvinas (aka Falkland) y en el anverso una imagen del gaucho matrero Rivero, sublevado por falta de pago, ascendido a la categoría de héroe mitológico. Anteriormente el billete de Sarmiento recordaba la casa Rosada (que fue restaurada bajo su mandato) y las escuelas de provincia que él fundó. Ahora se privilegian los valores heroicos y militares malvineros típicos de los antecedentes de CFK cuando estaba en el parlamento y de su presidencia.



También siguió Ella su gusto por el kitsch cambiando el billete de 10 pesos para poner una imagen infantil de Belgrano en uniforme de general, como si eso fuese su mayor mérito, y agregando el mito (creado por B Mitre) del tamborcito de Tacuarí y la infaltable J Azurduy, del ‘cupo femenino’ preferido por la soberana nacional y popular. Acá obviamente, primaron los valores militares y guerreros sobre los cívicos de Belgrano, un prohombre civil y revolucionario devenido en militar por fuerza, cuando en el reverso de viejo billete de 10 pesos se mostraba el monumento a la bandera que fue remplazada por una militar de la jura. Sabemos que CFK (sospechada de ser hija natural de un militar de baja graduación) no deja de mostrar su gusto por los uniformados como el general Milani al que promovió al tope del escalafón a pesar de sus antecedentes como represor. Otros de su galería son H Chávez y J M de Rosas.



Así vemos como, subrepticiamente, CFK va poblando simbólicamente los espacios con sus íconos ideológicos y no nos extrañaría que aparezca con nuevos cambios de otros billetes para adaptarlos a su galería de héroes, sus guerreros, sus caricaturas de pueblos originarios, etc.



Mientras tanto, ya tenemos declarada la recesión económica, el déficit fiscal crece, la inflación carcome los bolsillos del pueblo, pero Ella no se priva de nada, sigue gastando como si nada pasase, cada medida que anuncia es otro gasto adicional (planes PRO GRE SAR, Pro. Cre. Auto, más jubilaciones en base a moratoria, etc). El déficit supera el 4% del PBI y seguimos sumando.



Mientras tanto, algunos ilusos de la oposición afirman que levantar la hipoteca que dejará ELLA será fácil. Solamente de deuda externa dejará, para los 4 años iniciales del que venga más de 29 mil millones de dólares a pagar. Además, si no es una de las franquicias peronistas, seguramente tendrá que soportar la oposición sistemática del FPV residual, de alguna de las variedades del peronismo no K, y otros grupos afines. ¡Cómo si gobernar con minoría en el Congreso fuese fácil!  Eso teniendo que desarmar la trama siniestra del descalabro institucional armada por el kirchnerismo.



La tremenda irresponsabilidad de CFK de ocuparse de toda esta simbología ideológica como prioridad de gobierno dejando el manejo del país real a ideólogos del calibre de Kicillof, Timerman, Zannini y los bichos de la Kámpora, ya que el resto del gabinete no tiene ningún peso, demuestra la enorme ineptitud de la reina, que el cargo le queda grande, que su única habilidad es para urdir intrigas palaciegas.



Agreguemos a esto los atisbos de misticismo creciente que se hacen evidentes en sus apariciones en ceremonias religiosas, en expresiones de origen litúrgico, en la presencia permanente de la imagen de Nefertiti sobre su escritorio, denotando una creencia en una ascendencia astral sobre la ‘arquitecta egipcia’, todo ello típico también de la superstición de gobernantes en aprietos. Tomar al hijo Máximo, un grandulón que a duras penas superó la escuela secundaria, como referente para decisiones importantes, como qué hacer con el procesado vicepresidente Boudou, muestra la creciente decadencia mental (chochera) de Cristina. Su interés por nimiedades también confirma esta visión. Una viuda dueña de una multimillonaria fortuna mal habida, heredada de un ladrón de los fondos públicos, que empieza a sentir la impotencia de la vejez, es una presa codiciada por algunos obispos que esperan conseguir alguna contribución de última voluntad, tan usual como conveniente. Esto explica algunos cuidados especiales y preocupaciones por mantener el diálogo, más allá de las necesidades protocolares.



Todo esto preanuncia un convulsionado crepúsculo para el kirchnerismo en el último tramo de su régimen, cuando la decadencia ideológica y material se acentúa. Al resto de la ciudadanía le queda esperar que no hagan un desastre en medio de la impotencia. Pero para después de 2015 el panorama no aparece nada alentador.

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