miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cristina Kirchner manda crear una nueva historia oficial. Parte tres (final): el revisionismo bonaerense se opone a los ideales de la generación de 1837 y la Constitución de 1853


Otra muestra del pensamiento de la Presidenta, de la línea argumental afín al revisionismo bonaerense aparece en el siguiente párrafo del discurso en la clausura de la conferencia de la UIA el 22 de noviembre de 2011:

Porque nos venden valor agregado, nos venden las maquinarias y los fierros que todavía no construimos en la Argentina porque tenemos un proceso de desindustrialización de décadas y ellos tuvieron la suerte de tener un proceso en industrialización desde la Guerra de Secesión en adelante. Nosotros perdimos en Caseros, ellos ganaron la Guerra de Secesión y por eso fueron la potencia industrial más fuerte del mundo. No hay misterio para esto, la historia lo explica claramente

1) Dice la Presidenta ‘Nosotros perdimos en Caseros’. La cuestión es quien es para CFK ese ‘nosotros’. Si hablamos de perdidosos en Caseros, podrían levantar la mano los Catamarqueños, o los Puntanos, pero un argentino en abstracto habría que discutirlo. Es más claro de entender si CFK habla como socia del hegemonismo bonaerense de entonces. Ellos sí que perdieron en Caseros!

Digámoslo así: en 1850 no existía la Argentina como Nación. Había una Confederación de provincias que le delegaba a Rosas el manejo de las relaciones exteriores. El primero de mayo de 1851, el general Urquiza, en su carácter de gobernador de la provincia de Entre Ríos no le renovó a Rosas la representación internacional, lo que significaba que Entre Ríos podría firmar tratados comerciales con quien quisiera. Lo que era contrabando, repudiado por Rosas, pasaría a ser comercio legal de Entre Ríos con cualquier otro país. A continuación, la provincia de Entre Ríos firmó un tratado con la provincia de Corrientes, con Brasil y el gobierno de Uruguay. Paraguay, invitado, no quiso adherir. Esto significó la declaración de guerra a Rosas.  

 Los rosistas dirán que el resto de las provincias ratificaron a Rosas, pero sabemos que los gobernadores habían sido puestos por Rosas o le respondían. Como muestra digamos que Santa Fe, bajo el mando de Echagüe también adhirió a Rosas, pero a su momento, apenas Echagüe salió de Santa Fe para enfrentar a Urquiza la capital se sublevó y se pasó de bando. También recordemos que ya Urquiza triunfante, la mayor parte del resto de las provincias adhirieron y reconocieron su autoridad. Es decir, hubo una guerra entre las provincias de Entre Ríos y Corrientes, más Brasil y parte del Uruguay contra la provincia de Buenos Aires. ¿Dónde está el ‘nosotros’ de CFK? (Para mí que va  por su corazón bonaerense y revisionista).

Hasta ahí, ninguna implicancia de predominio  liberal. En Caseros triunfó el federalismo del interior, opuesto a la hegemonía bonaerense. El sesgo liberal estuvo dado, en lo legal aunque no tanto todavía en los hechos, por la Constitución de 1853, inspirada en Alberdi. En todo caso, y esto no es coincidir con el revisionismo, si el interior perdió, fue en Pavón cuando Urquiza dio media vuelta y se replegó a su provincia dejando el campo libre al mitrismo, y a la hegemonía bonaerense.

Como confirmación del carácter sectario que se quiere imprimir al nuevo Instituto basta leer el decreto de creación (1880/2011), he aquí algunas expresiones que contiene:

… sino a la reivindicación de todas y todos aquellos que, como él, defendieron el ideario nacional y popular ante el embate liberal y extranjerizante de quienes han sido, desde el principio de nuestra historia, sus adversarios, y que, en pro de sus intereses han pretendido oscurecerlos y relegarlos de la memoria colectiva del pueblo argentino.
Que la actividad del Instituto permitirá profundizar el conocimiento de la vida y obra de los mayores exponentes del ideario nacional, popular, federalista e iberoamericano…(a continuación lista serie de personajes supuestamente incluidos en esta descripción)
Créase, en jurisdicción de la SECRETARIA DE CULTURA de la PRESIDENCIA DE LA NACION, el INSTITUTO NACIONAL DE REVISIONISMO HISTORICO ARGENTINO E IBEROAMERICANO “MANUEL DORREGO”, con carácter de organismo desconcentrado, cuya finalidad primordial será el estudio, la ponderación y la enseñanza de la vida y obra de las personalidades de nuestra historia y de la Historia Iberoamericana, que obligan a revisar el lugar y el sentido que les fuera adjudicado por la historia oficial, escrita por los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX

1) Se indica allí que el Instituto se dedicará a reivindicar a todos los que defendieron el ideario ‘nacional y popular’, es decir la ideología entronizada por CFK como doctrina oficial.
2) Hay y hubo un ‘embate liberal y extranjerizante’, es decir, de entrada los que piensan distinto son catalogados, como corresponde a la metodología populista, de antinacionales o extranjerizantes. Además, el pensamiento liberal es incluido en el grupo de antinacional y extranjerizante, quizás por la fobia revisionista antiliberal, compartida manifiestamente por el presidente del Instituto.
3) ‘Todos’ los que defendieron el ideario ‘nacional y popular’ (y el decreto agrega una lista de algunos de los que el gobierno considera dentro de ese grupo) han tenido adversarios que han pretendido oscurecerlos y relegarlos de la memoria del pueblo argentino. O sea, los que no estaban con Rosas, Ramírez, F. Varela, Yrigoyen o Perón (y otros) actuaron en base a oscuros intereses (por supuesto, eran enemigos antinacionales y antipopulares).
4) Oficialmente CFK declara que a estas ‘personalidades’ la historia oficial (anterior a la era kirchnerista) les adjudicó un lugar y sentido que no corresponde ateniéndose a lo prescripto ‘por los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX’. Acá se hace una grave acusación de parcialidad mal intencionada a todos los historiadores que no adscriben a la línea ‘nacional y popular’ y trabajan en varias Universidades nacionales y el CONICET. Como si sus estudios, que han puesto en blanco y negro tanto las virtudes como los defectos de ambas facciones de los enfrentamientos del siglo XIX estuviesen viciados de seguir los lineamientos de los vencedores de aquel siglo. No en vano han surgido airadas respuestas a estas afirmaciones de parte de varios historiadores.
Es obvio que el Instituto recién creado ha de producir materiales didácticos y que estos se dedicarán a implantar una ideología ‘nacional y popular’ tal como la Presidenta indica en su proclamada ‘lucha de ideas’ (ver artículo 3, inciso c del mencionado decreto). Los artículos 3 y 4 del decreto son un verdadero plan de inserción de la ideología revisionista ‘nacional y popular’ en su variante kirchnerista en la mentalidad de la población en general.

La Asociación de Mayo y ‘La Joven Argentina’
Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi,  Juan María Gutiérrez y 35 jóvenes porteños el 23 de junio de 1837 se reunieron para reconocerse y fraternizar en pensamiento y acción.
Entre los principios de la acción de estos jóvenes se afirmaban (entre otros): ’Continuación de las tradiciones progresivas de la Revolución de Mayo. Independencia de las tradiciones retrógradas que nos subordinan al antiguo régimen. Emancipación del espíritu americano. Organización de la patria sobre la base democrática. Confraternidad de principios. Fusión de todas las doctrinas progresivas en un centro unitario. Abnegación de todas las simpatías que puedan ligarnos a las dos grandes facciones que se han disputado el poderío durante la revolución’ 

Nótese la mención al espíritu americano. Para los revisionistas que cantan loas al americanismo.
Nótese la renuncia a cualquier simpatía con cualquiera de las dos facciones (unitarios y federales) que se disputaron el poderío. Esto para los revisionistas que quieren hacer una división en dos bandos, sin posibilidad de otra opción. Los jóvenes de la generación del 1837 querían superar tanto al unitarismo fosilizado de los rivadavianos como a la tiranía rosista. 

La Asociación de Mayo quedó constituida el 8 de julio de 1837 y pronto tuvo filiales en las provincias de Tucumán, Córdoba y San Juan. Esteban Echeverría escribió las bases doctrinarias en el llamado ‘Dogma Socialista’. La síntesis del programa se expresaba en ’Mayo, progreso y democracia’.
La defensa del revisionismo de la ideología rosista y de los señores patriarcales que gobernaron la mayoría de las provincias en aquel tiempo representa la reinstauración del espíritu tradicionalista del inmovilismo, del corporativismo y de las peores tradiciones coloniales. Entiéndase que no todos los caudillos provinciales representaron tendencias retrógradas. No conozco los detalles de todas las provincias pero tengo estima por Estanislao López (absolutamente relegado al olvido en Buenos Aires), Gervasio Artigas y Justo J Urquiza. 

Repasemos lo que decía el ‘Dogma Socialista’ en su capítulo 10 sobre ‘Independencia de las tradiciones retrógradas…’:

Dos legados funestos de la España traban principalmente el movimiento progresivo de la revolución americana: sus costumbres y su legislación.
Un orden político nuevo exige nuevos elementos para constituirlo.
Las costumbres de una sociedad fundada sobre la desigualdad de clases, jamás podrán fraternizar con los principios de la igualdad democrática.
La España nos dejó por herencia la rutina, y la rutina no es otra cosa en el orden moral, que la abnegación del derecho de examen y de elección, es decir, el suicidio de la razón; y en el orden físico, seguir la vía trillada, no innovar, hacer siempre las cosas en el mismo molde, ajustarlas a la misma medida; y la democracia exige acción, innovación, ejercicio constante de todas las facultades del hombre, porque el movimiento es la esencia de su vida.
La España nos imbuía en el dogma del respeto ciego a la tradición y a la autoridad infalible de ciertas doctrinas; y la filosofía moderna proclama el dogma de la independencia de la razón y no reconoce otra autoridad que la que ella sanciona, ni otro criterio para decidir sobre principios y doctrinas, que el consentimiento uniforme de la humanidad.
La España nos recomendaba respeto y deferencia a las opiniones de las canas, y las canas podrán ser indicio de vejez, pero no de inteligencia y de razón.
La España nos enseñaba a ser obedientes y supersticiosos y la democracia nos quiere sumisos a la ley, religiosos y ciudadanos.
La España nos educaba para vasallos y colonos, y la patria exige de nosotros una ilustración conforme a la dignidad de hombres libres.
La España dividía la sociedad en cuerpos, jerarquías, profesiones y gremios y ponía al frente de sus leyes, clero, nobleza, estado llano o turba anónima; y la democracia, nivelando todas las condiciones, nos dice: que no hay más jerarquías que las que establece la ley para el gobierno de la sociedad;…

Que propone el revisionismo? Volver a la sociedad estamental, a las tradiciones, a los valores de la colonia bajo el disfraz de la doctrina ‘nacional y popular’. No es esto totalmente contrario a la doctrina de la Asociación de Mayo?

Veamos otro párrafo donde hablan de la legislación de raíz hispana aplicada por el rosismo:

Para destruir estos gérmenes nocivos y emanciparnos completamente de esas tradiciones añejas, necesitamos una reforma radical en nuestras costumbres; tal será la obra de la educación y las leyes.
Una legislación semibárbara, dictada en tiempos tenebrosos por el capricho o la voluntad de un hombre, para escuchar los intereses y afianzar el predominio de ciertas clases; una legislación hecha, no para satisfacer las necesidades de nuestra sociedad, sino para robustecer la tiranía de la metrópoli; una legislación destinada a los colonos y vasallos, no a ciudadanos; una legislación que eterniza los pleitos y diferencias, causando la ruina de los particulares y del Estado; que abre ancho campo a la mala fe y los abusos; que da margen a las cavilaciones de una jurisprudencia oscura y vacilante, erizada de argucias escolásticas; una legislación, en suma, que no tiene raíz alguna en la inteligencia de la nación y que mina por el cimiento los principios de la igualdad y la libertad democrática, jamás podrá convenir a la América independiente.
Nuestra legislación debe ser parto de la inteligencia y costumbres de la nación.
Educar al pueblo, morigerarlo, será el modo de preparar los elementos de una legislación adecuada a nuestro estado social y a nuestras necesidades.

No nos recuerda el capricho de la voluntad de un hombre a alguien que toma el teléfono y dice a cada uno lo que quiere que compre o venda, lo que se puede o no importar o exportar? No nos recuerdan los DNU las argucias escolásticas para justificar lo inexplicable. No nos parece familiar la jurisprudencia oscura y vacilante, que abre ancho campo a la mala fe y los abusos. No nos recuerda la casuística kirchnerista a aquella legislación que eternizaba los pleitos y las diferencias?

El auge del revisionismo bonaerense, de la mano de las potestades omnímodas que el oficialismo a otorgado a la Presidenta Fernández, cual nuevo Unicato, representa la negación de los ideales de la generación de 1837 y de la Constitución de 1853. 

El Instituto Revisionista no hace más que poner el marco ideológico que sirva de sostén filosófico-histórico a la coalición que conforma al kirchnerismo. No hace otra cosa que poner un marco legal al academismo orgánico al kirchnerismo en su vertiente ‘nacional y popular’ en su búsqueda por la hegemonía ideológica. Es un intento en escribir una historia oficial, en la línea de los más siniestros antecedentes de todos los regímenes antidemocráticos.

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