martes, 13 de septiembre de 2011

Un singular y soberbio discurso de la Sra. Presidente Cristina Fernández (parte 16). Conclusiones

Continuamos ahora con el análisis del extraordinario discurso de la presidente Cristina Fernández, pronunciado el 9 de febrero de 2011 en el Mercado concentrador de Buenos Aires.
En nuestra entrega anterior, del día  07 de septiembre de 2011 analizamos lo que la Sra. Presidente piensa o dijo acerca del federalismo.
A continuación haremos un resumen de las conclusiones que hemos extraído del análisis del singular discurso

Q) Conclusiones

Este singular discurso tuvo un notable interés porque a partir de un tema poco destacado como el anuncio de acuerdos sobre mercados concentradores la Sra Presidente pasó revista a una serie de enunciados sobre economía, mercados y gobierno en general que aclaran la ideología del gobierno kirchnerista
Clientela: senadores, diputados, dirigentes sindicales, dirigentes sociales, empresarios, Madres, Abuelas, empleados estatales son los convocados esta vez.
Discurso: La Presidenta muestra un discurso moderno y atractivo. Es característica la apropiación de todo el accionar del Ejecutivo en su persona. Si bien la Constitución dice que el Poder Ejecutivo lo ejerce el Presidente, la Presidenta minimiza la participación de ministros y otros funcionarios, acaparando todos los éxitos y acciones en su persona. Podemos caracterizar esta forma de gobierno como “Catalinismo”, en recuerdo de la zarina Catalina la Grande de Rusia, una gran exponente del despotismo ilustrado.
No aparente en el texto del discurso, pero si visible en todas las presentaciones siguientes, especialmente las del invierno, donde la Sra apareció vestida de negro, con un tapado negro abierto y un marcado maquillaje blanco, es un dominio escénico digno de una gran artista. Aprendido o espontáneo, visto de lejos el espectáculo recuerda el estilo del gran teatro japonés del Noh.
Rol Económico de Estado: En este discurso la Sra Presidente define un rol ampliamente intervencionista del Estado, que se dirige a estimular enérgicamente la demanda agregada, a dar todo tipo de facilidades a empresarios privados para que inviertan y aumente la oferta. Proteger la industria nacional y usar subsidios para hacer accesibles artículos de primera necesidad son otros objetivos declarados.
Logros de 7 años de gobierno familiar: Cada discurso de la Presidenta contiene una parte substancial dedicada al elogio de su gestión y la de su marido. Este no fue la excepción. Los logros repetidos una y otra vez en los discursos y la propaganda oficial a toda hora se refieren al aumento de las reservas, al desendeudamiento, a los superávits gemelos, a dos millones y medio de nuevos jubilados, a incrementos de la coparticipación, a planes de vivienda, obras de infraestructura, etc, etc. En este discurso en particular no se mencionaron logros que se consideran más genuinos, como algunas obras de electrificación (si no discutimos los costos excesivos), y los aumentos del gasto en educación y en investigación.
De los que CFK menciona como logros propios algunos que son resultado de mejoras del panorama internacional (como el incremento de las reservas), los superávits que se perdieron o están por perderse, las jubilaciones que fueron despojar a unos jubilados para darles a otros, y otros éxitos, como el aumento de la coparticipación que son una fábula.
Pero, y esto es característico de los gobiernos peronistas, el peso apabullante en propaganda oficial tapa todo razonamiento en contrario, siempre que la actual bonanza del consumo se pueda mantener. Después, cuando la realidad se imponga, vendrán los arrepentimientos por la mala conciencia y las negaciones pero el daño estará consumado, como en la época de Menem.
Quejas contra los medios y algunos reclamos empresarios: ya vimos cuan insustanciales son estas quejas de CFK, no repetiremos el punto porque no lo merita.
Cosas que falta hacer: Reconoce, y esto es recurrente en los discursos de los últimos tiempos de la Presidenta, que le falta llegar a lugares del Noreste y Noroeste argentino. Le faltaría ver que también hay muchísima pobreza cerca de la Casa Rosada. Basta caminar un poco por algunas avenidas porteñas para ver gente durmiendo en la calle.
Otro tema del momento del discurso era el del trabajo llamado ‘esclavo’. Esto auguraba una ofensiva contra las compañías comercializadoras de granos previa a la estatización del comercio. El tema quedó olvidado posteriormente aunque se siguieron cancelando los permisos a diversas empresas. Seguramente después de las elecciones de octubre se verá si esta campaña era el preanuncio de la captura de otra ‘caja’ para financiar el gasto estatal.
Por supuesto, en esta especie de autocrítica de CFK faltaron los grandes déficits de la gestión que, o no se quieren mencionar, o se consideran como puntos exitosos de una estrategia económica altamente heterodoxa.
Amagos de llamar al diálogo: Vimos que la Presidenta en febrero hizo una invitación al diálogo. Sin embargo, a continuación, puso condiciones tan exigentes a sus potenciales interlocutores, que el diálogo resultaba imposible.
Antes de las elecciones, mostrando su mejor cara de circunstancias, la Presidenta dijo que había que dialogar con la oposición. Esto repite anteriores llamados que quedaron en nada al comienzo de su primer mandato. Esta vez no somos nada optimistas. Para qué dialogar si sabemos que estamos en el camino correcto, no es así?
El discurso sobre la singularidad del gobierno K
Una característica de la oratoria de la Presidenta es insistir continuamente sobre los logros inigualados que ha obtenido el gobierno de su familia. En algunos casos los éxitos pueden considerarse legítimos. Otros supuestos éxitos, como la estatización de los fondos jubilatorios o la estatización de la línea aérea en realidad se miden desde un punto de vista ideológico de dudosa validez. En otros casos se dan cifras supuestamente inigualadas especulando en la falta de conocimiento de las audiencias, o no haciendo referencia al tamaño de la economía, como en el caso de las reservas. Otras veces se anuncian números difíciles de comprobar y de dudosa exactitud, cuando no directamente falsos, como algunas estadísticas del INDEC.
En medio de un panorama de prosperidad desigual impulsado por un alza general de precios de los productos de exportación es difícil discernir cuáles de los resultados económicos proclamados son genuinamente obra de un buen gobierno. Lo que es innegable es que la familia K ha producido una inundación de propaganda como nunca se había visto en el país.
Como parte de la campaña propagandística se ha insistido en glorificar la figura del extinto Nestor Kirchner, aludido en los discursos con el pronombre ‘EL’. Habría sido un ser de grandes virtudes, muerto en su lucha sin claudicaciones por el bien popular. Junto a esto se organizan grandes exposiciones o desfiles con distintos pretextos cuyo objetivo real es mostrar supuestos logros. El Bicentenario es una marca registrada acaparada por el gobierno nacional para mostrar su relación con los próceres de la independencia de los cuales se presentan como legítimos herederos. Todo esto machacado varias veces a la semana con propaganda oficialista en la TV, discursos por la cadena oficial con cualquier motivo nimio y profusión de prensa adicta subvencionada con fondos oficiales.
La militancia K
Los herederos de las ideologías setentistas ponen alto el valor del militante. Supuesto semi-héroe de la acción política. Esta exaltación de la militancia ha prendido en otros sectores del público y de los analistas políticos, como si ser un soldado de una aparcería política fuese un hecho portentoso. Va de la mano de la lógica elemental que la verdad no puede estar en todos los grupos de militantes cuando estos sostienen posiciones encontradas con la mayor vehemencia. Entonces porqué alabar la defensa encendida del error? Pero el análisis más objetivo, dentro de lo posible racional de las posiciones parece no interesar. Lo importante es tener una posición y defenderla más o menos intransigentemente. Esto es el paso previo al insulto y el ataque a los que discrepan con el objeto de la militancia, la apertura de exposiciones donde se escupe la figura de quienes no piensan como uno, y la persecución por la calle, el insulto y la agresión a los periodistas que osan tener puntos de vista opuestos a la normativa oficial.
Después vienen las disculpas y los desmentidos, por un tiempo, hasta la próxima vez.
Oferta, demanda e inversión Puja distributiva.
El pasado 10 de agosto hicimos una entrada donde pasamos revista a una serie de lugares comunes, intuiciones, falsos conceptos y errores de la Presidenta respecto de nociones de economía. No repetiremos los detalles aquí. Lo que quedó claro en aquel post es que la Sra Presidente cree haber aprendido y saber grandes verdades económicas que no deja de exponer en discursos, congresos, eventos internacionales y cada vez que lo cree oportuno.
Hemos mostrado (en parte) como ese conjunto de ideas comprende desde obviedades, citas de algunos economistas en boga, pasando por errores conceptuales, a afirmaciones de discutible heterodoxia que para ella son como verdades reveladas.
La Presidenta, en su evidente narcisismo, está convencida de su misión esclarecedora, y no deja de  ‘aconsejar’ no solo a las audiencias cautivas y complacientes argentinas, sino a públicos internacionales de distintas composiciones.
Especial empeño ha tenido CFK en dar clase en los foros del llamado G 20, donde fue recibida con dispar respuesta. En noviembre de 2008, a pocos meses de haber asumido la presidencia, asistió a la reunión del G 20 en Washington, donde habló más que el tiempo establecido para hacer el autoelogio de su política y pedir cambios en las instituciones financieras internacionales. Estas expresiones, alejadas de los temas que la mayor parte de la audiencia esperaba, habrían enfurecido a algunos representantes europeos que propiciaron la exclusión de Argentina del G 20 (dentro de un pedido más general de convertir el G 20 en un grupo más reducido de países).
Otra situación enojosa se presentó en una exposición ante miembros del Congreso norteamericano, donde CFK aconsejó la aprobación del TLC pendiente de Colombia.
Subsidios
Uno de las aspectos más salientes de la administración kirchnerista en los últimos años ha sido la gran masa de subsidios que distribuye, que este año se calcula sumarán más de 20 mil millones de dólares.
Estos subsidios, en última instancia, favorecen principalmente a los sectores de empresarios aliados del gobierno. Pero no solo hay subsidios generados directamente por el gobierno sino que algunos sectores productivos también subsidian a otros, como los energéticos con sus tarifas controladas han favorecido la competitividad de sectores energía intensivos. Finalmente, el campo, al ser una fuente importante de fondos para el gobierno, y de alimentos con precios controlados para los trabajadores, ha funcionado como favorecedor de otros sectores empresarios. Se trata entonces de una economía muy ‘heterodoxa’ mantenida en un equilibrio inestable por obra y gracia de la fuerza coercitiva del gobierno, lista para derrumbarse al menor tropiezo o empuje económico externo.
Inflación e índice de precios
La inflación no existe oficialmente en Argentina, aunque hasta los índices distorsionados del INDEC dan números que preocuparían a cualquier gobernante no ‘súper-heterodoxo’. Lo que hay es la llamada ‘dispersión de precios’.
Por más malabarismos verbales que hagan y apelaciones al precio del tomate, al Mercado Central y a las mentiras de los medios la inflación está ahí. Cualquiera que tiene un presupuesto limitado para vivir día por día lo constata. Que muchos prefieran hacer la vista gorda de este problema embarcados en la ola consumista, o temerosos de que otro gobierno sea peor aún, es otra cosa.
En algún momento de menor beneplácito social la realidad cobrará su precio pero el daño está hecho.
Federalismo
Durante décadas gobiernos de distintos pelajes se dedicaron, sobre todo durante los períodos en que gozaban del poder efectivo para gobernar, a concentrar los recursos económicos y decisorios en manos de una cada vez más abultada administración central. El mal llamado ‘centralismo porteño’, que tiene poco de ‘porteño’, salvo la localización geográfica, ha estado generalmente en manos de conspicuos provincianos que al llegar al poder dejan de lado las efervescencias federales para tratar de manipular los gobiernos provinciales y favorecer a los de su mismo color político. El gobierno de Nestor Kirchner ha sido un claro ejemplo de la voluntad centralista extrema, en este caso por medio del acaparamiento de fondos fiscales en manos de la presidencia para usarlos como herramienta para disciplinar provincias, municipios y sus representantes.
El discurso de la Presidente muestra un federalismo entendido como un intercambio de bienes y servicios entre el poder central nacional y las provincias. No existe la potestad de las provincias para su autogobierno y su independencia económica del poder central. Esto es resultado de un largo proceso ideológico y económico, que se ha ido volcando en sucesivas reformas constitucionales y legales que desdibujaron el andamiaje federal (desde sí ya débil) de la Constitución de 1853, destinado a dar  lugar al poder primero de la Provincia de Bs Aires, luego de varias oligarquías provinciales y finalmente de diversas camarillas o grupos que pudieran acceder al gobierno central. Simultáneamente las antiguas ideas rectoras liberales celosas de los derechos del ciudadano, al menos en teoría, han dejado lugar a un corporativismo donde mandan intereses organizados para los que la vigencia de las instituciones republicanas es de secundaria importancia. De este modo, las ideas alberdianas de una presidencia fuerte han degenerado en un Congreso solícito a la voluntad presidencial que el P. Ejecutivo, si es necesario, puede ignorar fácilmente por medio de los nefastos ‘Decretos de Necesidad y Urgencia’.
General
Este discurso, y los actos de gobierno de la Presidenta en general, para quien escribe, la muestran como una de las mentes más brillantes entre los presidentes argentinos.
Se distingue de su marido porque este era pura praxis, no tenía más que una formación teórica superficial y se caracterizaba por un agudo pragmatismo, lleno de una viveza ‘criolla’ rica en ardides y una ambición sin límites para acumular tanto medios económicos como poder.
La Presidenta tiene un modo mucho más sutil de gobernar, aunque no deja de ser ambiciosa de poder, pero tiene una formación teórica mucho más completa, aunque dogmática y, a veces, defectuosa.
Sin embargo, hasta ahora no nos parece que haya mostrado grandes dotes de estadista. Comparada por ejemplo con el gran presidente que fuera A Frondizi, carece del realismo necesario para enmendar su visión, como lo hizo aquel al pasar de proponer un programa mezcla de Declaración de Avellaneda y sovietismo (en su libro‘Petróleo y política’) a encabezar una transformación de YPF y económica general. CFK parece incapaz de cambiar su visión setentista suave del mundo debido a su inflexibilidad ideológica y su narcisismo personal.
El futuro dirá cuánto tiempo puede mantenerse este tipo de orientación frente a los duros embates de la realidad, sobre todo si deviene una recesión en el mundo más desarrollado

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