miércoles, 10 de agosto de 2011

Un singular y soberbio discurso de la Sra. Presidente Cristina Fernández (11a parte)


Continuamos ahora con el análisis del extraordinario discurso de la presidente Cristina Fernández, pronunciado el 9 de febrero de 2011 en el Mercado concentrador de Buenos Aires.
En nuestra entrega anterior, del día  03 de agosto  de 2011 analizamos lo que la Sra. Presidente pidió que hagan sus seguidores por el ‘modelo’ y por la Argentina.

A continuación echaremos una mirada sobre algunas ideas que la Presidenta tiene acerca de temas económicos y veremos sus peculiaridades y si domina estos temas tanto como sus seguidores proclaman.

L) Oferta y demanda según CFK. Teorías sobre la inversión.
Sobre este tema ella dijo:
…porque las expectativas inflacionarias están siempre determinadas por lo que se denominan insumos básicos de la economía
…y los denominados precios inelásticos, o la demanda inelástica si se quiere también…
…una va aprendiendo pese a ser abogada…
…o sea aquellas cosas que la gente no puede permitirse no tenerlas.
…si le aumenta el gas, la luz o el agua no puede prescindir de estos elementos…
…lo que hace a la formación de precios en lo que denominamos insumos básicos, que por lo tanto son insumos difundidos e impactan a toda la demanda.
…los que más agitan expectativas inflacionarias son los formadores de precios en la República Argentina
Me acuerdo que había una carta muy simpática en aquel momento en un diario…
Siempre nos contaron que la inversión debía estar antes de la demanda, yo nunca creí en eso porque tengo la lógica del que quiere invertir; el empresario invierte cuando tiene la certeza de que le van a comprar el producto…
Yo tengo una regla, siempre me pongo en el lugar del otro, lo que haría yo si fuera el otro…
…durante muchísimo tiempo en la Argentina, como no teníamos políticas que sostuvieran demanda agregada, sólo políticas volátiles, había cierto retraimiento a tener un ritmo sostenido de inversión y ampliación de la oferta…
…venimos de una política continua creciente desde el año 2003 a la fecha de un Estado que sostiene y aumenta la demanda permanentemente y entonces es necesario que quienes tienen el capital y quienes tienen la oferta aumenten la inversión.
Se puede observar en esta simple transcripción de fragmentos del discurso que la Sra Presidente tiene algunos conceptos ‘sui generis’ acerca de la oferta y la demanda. Incluso alguno de su propia elaboración, a pesar de su formación básica en abogacía. Algunos de los conceptos que expresa pueden considerarse correctos, otros, son bastante cuestionables, a pesar de que la oradora se ufana de expresar lo que sería un nuevo canon ideológico.
1) Una cosa es la inflación en sí y otra las expectativas. Las expectativas inflacionarias de las familias se forman cuando observan aumentos continuos de los precios que deben pagar, fundamentalmente por la comida, la vivienda, etc.  Estos no son propiamente insumos básicos de la economía. Insumos productivos son componentes usados en la producción como materias primas, energía, maquinarias, etc. Los insumos básicos serían aquellos que, por su importancia en el proceso productivo, tienen preponderancia tanto desde el punto de vista técnico como del costo.  Obviamente, cuando los empresarios esperan u observan aumentos en el costo de sus insumos básicos, responden incrementando los precios y trasladando la onda inflacionaria a los procesos productivos que alimentan con sus productos, o bien a los sectores de la comercialización.
Pero no siempre las expectativas inflacionarias se deben exclusivamente al aumento en los precios de insumos. Cuando se produce un aumento generalizado de los salarios (por ej. por decreto), si no hay un aumento simultáneo en la oferta de bienes o servicios (sea por mayor productividad o por multiplicación de las unidades productivas), el resultado es que aumenta la demanda pero no la oferta. Si no hay un aumento de las importaciones, o los empresarios no están dispuestos a resignar su margen de ganancia, el resultado es la remarcación para mantener la ganancia como proporción del costo total.
Si en este proceso el Estado congela el precio de insumos básicos, como materias primas, energía, o algunos servicios, el resultado igual será inflacionario, aunque en menor medida. También será desigual según los sectores productivos estén más o menos alcanzados por el congelamiento del precio de insumos, o por la competencia de productos importados.
El proceso tampoco será igual para los salarios según las distintas ramas productivas. Cuando hay un proceso inflacionario de magnitud, el poder de negociación de los trabajadores determina que algunos sectores se comporten ventajosamente respecto de otros y logren incrementos mayores de salarios, llegando, en algunos casos a adelantarse al ritmo de los aumentos de la canasta del consumo de las familias y de los salarios en otros gremios. Los que tienen peores perspectivas de sobrellevar la inflación son los que menos poder de negociación tienen, como son los empleados precarios, lo que dependen de subsidios, de una jubilación o tienen ingresos fijos.
El aumento de la circulación monetaria, si va acompañando el incremento general de precios podría ser relativamente neutro con respecto de este, suponiendo que la velocidad de circulación se mantenga inalterable. Pero si el gobierno emite dinero a mayor ritmo que el de la inflación histórica reciente (por ejemplo, para llenar un déficit estructural en los gastos), entonces el gobierno está incentivando el ritmo inflacionario haciendo aumentar la inflación a medida que pasa el tiempo (se supone que los privados no van a compensar el exceso de emisión atesorando o aumentando los encajes bancarios).
En resumen, la explicación de CFK es simplista y tendenciosa, omitiendo el papel de gobierno en la formación de expectativas inflacionarias. Pero hay que tener en cuenta que el proceso que hemos descripto solo relata aspectos parciales del proceso al solo efecto de mostrar su complejidad más allá del discurso oficial.
2) En lo que sigue del discurso parece haber una confusión entre precios inelásticos y demanda inelástica. Ambos, junto con los insumos básicos son determinantes de las expectativas inflacionarias., dijo CFK. Aclaremos que la característica de inelástico (como opuesta a la de elástico) significa que ante un cambio del entorno la respuesta es pequeña o nula. Por ejemplo, el precio del boleto de un colectivo es inelástico a la cantidad de pasajeros que viajen, puesto que la tarifa es regulada. Pero la tarifa por km recorrido no es totalmente inelástica con respecto a la distancia recorrida, dado que para los viajes largos el km generalmente cuesta menos que para los viajes cortos. Que el precio de un artículo sea inelástico no implica que participe en la formación de expectativas inflacionarias. Por ej. el agua corriente, que es un bien imprescindible para las familias, por tener tarifa regulada y muchas veces independiente del consumo no interviene en las expectativas inflacionarias. Cuando se trata de agua embotellada podría influir en las expectativas, pero, en este caso, no es de precio inelástico.
En conclusión, el hecho de tener precio inelástico con respecto a la demanda no hace que un bien participe en las expectativas inflacionarias, más bien al contrario.
Cuando se habla de un bien de demanda inelástica, en lo relativo a las expectativas inflacionarias, se está apuntando a bienes no prescindibles y de difícil substitución. Son aquellos, como dice la Presidenta que la gente no puede permitirse prescindir de ellos. En este caso, la demanda es inelástica respecto al precio, o sea, por más que el costo de un bien como el pan aumente, la gente necesita alimentarse y la cantidad de pan consumida (la demanda) no varía mayormente. La Sra Presidente ejemplifica esto correctamente con el caso del gas, la electricidad o el agua.
Lamentablemente, lo que la Presidenta no puede explicar, es como, dentro de la presente economía K, a pesar de que gas, electricidad y agua tienen precios subsidiados y prácticamente congelados igual hay expectativas inflacionarias! En efecto, ahora las tarifas están casi congeladas pero igual la gente tiene expectativas de 30 %/año de inflación, lo que corresponde básicamente a la inflación de alimentos, estacionales  o no. Lo que ocurre es que puede dejar de comer los tomates pero algo tiene que comer. Si son subas estacionales, pueden asustar a la gente, pero no deja de ocurrir que no les alcanza el sueldo o la jubilación, aunque dejen de lado a los artículos que suben por la estación.
Si la gente deja de comprar tomate porque está temporalmente caro, igual el resto de los alimentos, los alquileres, las expensas, la ropa y todo lo demás le dan idea de la magnitud de la inflación, que es justamente esto: aumento GENERALIZADO de precios.
O sea, los productos de demanda inelástica crean expectativas, pero los demás también, sean o no estacionales. Se ve que CFK nunca va a hacer las compras

3) La Sra Presidente vuelva a insistir en que es necesario que el Gobierno nacional tome medidas para controlar la formación de los precios de los insumos básicos. Es decir, controle los precios de la energía, los servicios públicos y demás controles conocidos.  Ya hemos visto más arriba que esto no es suficiente, y, se puede añadir también, que a la larga es contraproducente por conducir a la escasez.

4) Al no poder explicarse, dentro de su rudimentaria teoría de formación de los precios, porqué, a pesar de los controles de los insumos básicos, igual la inflación (llamada por el gobierno eufemísticamente ‘tensión de precios’) sigue vivita y coleando, CFK acude al recurso usual de culpar a conspiradores: los ‘formadores de precios’ que AGITAN las expectativas inflacionarias.
También la Presidente hace una mención pintoresca a una carta que leyó en un diario donde se hablaba  algo sobre los precios estacionales del tomate. Parece un rasgo de CFK el leer exhaustivamente los diarios, hasta las cartas de los lectores, pero no le debe quedar tiempo, seguramente, para reforzar sus conocimientos de economía, o quizás no ha tenido maestros adecuados para esta materia. El discurso puede ser muy entretenido, pero el nivel conceptual no pasa de las muletillas ideológicas, verdades a medias o falacias lisas y llanas.
5) Dice la Presidenta que nunca creyó que la inversión va por delante de la demanda (algo como no creer en la Ley de Say). En realidad, hay aquí un problema semántico y otro del tipo si el huevo es anterior a la gallina.
Vayamos por partes; cuando alguien creó un teléfono celular (digamos los primeros modelos) se puede decir que creó la necesidad por algo que antes no existía. Antes había telefonía fija, pero no celulares. Sin embargo, si lo vemos desde otro punto de vista, lo que se creó es una solución para una variante de una demanda anterior preexistente: la necesidad de comunicarse a distancia, que se puede resolver con telefonía fija, con el correo, con los celulares, etc. Así, es muy difícil encontrar algún objeto o servicio nuevo que no venga a satisfacer una variante de una necesidad preexistente o una combinación de varias necesidades.
Por otro lado, una vez que a alguien se le ocurrió ofrecer un teléfono celular, más y más gente tendrán interés en poseer uno o varios para poder hablar con mayor comodidad.
La idea de que la oferta viene solamente cuando existe una demanda previa daría lugar a una concepción donde el mundo empresario carece totalmente de verdaderos emprendedores, es decir, de gente que invierte sumas de dinero en condiciones de verdadera incertidumbre. Esto demuestra un total desconocimiento de la realidad del mundo empresario. En el sector de las grandes empresas existen numerosos ejemplos, pero tomemos uno solo: la exploración petrolera. Cuando se invierten millones de dólares para explorar un área existen indicios que indican la probabilidad o posibilidad de encontrar hidrocarburos. Pero las chances de éxito pueden ser de uno en seis. ¿Qué sentido tiene decir en este caso queel empresario invierte cuando tiene la certeza de que le van a comprar el producto” ? Si CFK tiene alguna duda, que le pregunte a las empresas inglesas que están explorando en la cuenca de Malvinas (Falkland para ellos).
La misma CFK en su discurso por los planes 'petroleo plus' y 'refinacion plus' del 12nov 2008 reconoció los riesgos 'porque son inversiones millonarias que no siempre tienen resultados'; o sea, o se olvido lo que dijo entonces o adecua el discurso al auditorio
En el caso de la pequeña empresa, cuando se invierte en un pequeño negocio, normalmente lo que se tiene es una impresión de que este podría ser rentable. Que esta impresión o cálculo suele ser errado lo demuestra el hecho comprobado de que, en países como la Argentina cerca del 20% de las empresas creadas no llegan al primer año de vida. Otro argumento: anualmente en Argentina se introducen unos 13 mil productos nuevos, de estos, dos tercios desaparecen en unos pocos meses.
La Sra Presidente seguramente extrajo sus conclusiones de observar enriquecimientos rápidos de aquellos que tienen la posibilidad de comprar terrenos fiscales por uno u venderlos en poco tiempo por cuatro. Pero esta es una posibilidad limitada a los empresarios que gozan de los favores del gobierno de turno, no de la restante gran mayoría.
La Presidenta, basada en su limitada experiencia laboral reducida exclusivamente al ámbito de la burocracia estatal, puede pensar lo que quiera, pero, en este tema está completamente equivocada.
6) La Sra Presidente razona luego que, en contraste con lo que pasó durante mucho tiempo (no lo dice pero sería desde el primer peronismo), que no se sostuvo la demanda agregada, el gobierno K la incentiva totalmente. Ella deduce entonces que la inversión debería estar en un alto nivel acorde con la demanda. Y urge a los empresarios a invertir.
La Presidenta ignora, o no quiere enterarse de los numerosos estudios que muestran que la inversión no sigue a la demanda porque, entre otras cosas, existe una gran incertidumbre sobre el futuro de los negocios, por ejemplo,  por la arbitrariedad con que se manejan las normativas en que las empresas se desenvuelven. Es por esto que Argentina cae año tras año en las calificaciones internacionales sobre ambiente de negocios comparada con otros países. 
En esta entrega hemos visto diversos errores conceptuales que la Presidenta Cristina Fernández tiene sobre importantes temas económicos. Estos se corresponden con los colaboradores que selecciona para asesorarla y cumplir sus mandatos. No extraña entonces la creciente complejidad y gravedad de los problemas que enfrenta la economía del país, que suelen ser negados puesto que son evaluados desde una perspectiva teórica equivocada.

PAUSA
Continuaremos con el análisis detallado de este discurso extraordinario para entender los recovecos del gobierno de la familia Kirchner, sus dichos y sus consecuencias.
Hasta otro día.

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