Un singular y soberbio discurso de la Sra. Presidente Cristina Fernández (6a parte)

Continuamos ahora con el análisis del extraordinario discurso de la presidente Cristina Fernández, pronunciado el 9 de febrero de 2011 en el Mercado concentrador de Buenos Aires.

En nuestra entrega anterior, del día  21 de junio de 2011 analizamos la propuesta de diálogo que la Sra. Presidente avanzó en dicho discurso. Ahora veremos las condiciones que, en el mismo discurso, les puso a los supuestos interlocutores, con las que hace virtualmente imposible que alguien pueda reunirlas.

G (Cont.). El diálogo que CFK invita, condiciones a cumplir para ser interlocutor

…yo estoy dispuesta a escucharlo , eso sí, le voy a pedir que mínimamente me demuestre que algo ha hecho antes , porque es como cuando uno va al médico, ¿adónde va?, a uno que saben que curó a muchos, a mí al médico que sé que mató a unos cuantos no me llevan ni a palos. (Aplausos)

…No es que esté pidiendo títulos académicos, no es eso, simplemente acreditar gestiones macro, gestiones de país, porque también esto es otra cuestión,…

…Alguna vez tenemos que dar el salto histórico y de calidad en serio de dar por clausuradas determinadas cuestiones establecidas como políticas de Estado.

…para pasar a otro estadio de discusiones en donde veamos qué hacemos con ciencia, con tecnología, cómo llegamos más y mejor, porque no podemos seguir discutiendo lo mismo que venimos discutiendo hace 200 años  (Aplausos). No estoy dispuesta a que los argentinos perdamos un solo minuto más en discusiones que ya deberían estar saldadas…

…y que sin lugar a dudas las vamos a saldar democráticamente y como corresponde.

1) La Sra. Presidente pone condiciones MINIMAS para elegir un interlocutor válido para discutir EN SERIO las prácticas de gobierno. Pide desempeño exitoso en la gestión DE UN PAÍS, de la macroeconomía. ¿A quienes podemos ubicar en Argentina que cumplan estas condiciones tan exigentes? Quizás deberíamos buscar algún ex presidente pero quién puede considerarse exitoso. De los vivos, ni Menem ni De la Rua, ni Estela Martínez, ni R. Rodríguez Saá. Sobre E Duhalde se podría discutir si fue o no exitoso, pero, seguramente, no califica como tal para la Sra. Presidente. ¿Entonces quién?, ¿acaso algún ex ministro de economía como R. Lavagna? Si fuera así, porqué no lo llamaron a dialogar, o, más bien, lo llamaron para una foto y en eso quedó todo. Quizás la Sra. aspira a dialogar con Lula (da Silva) o con Michelle Bachelet, o con Bill Clinton a lo mejor.

Digámoslo claramente: los requisitos son tan exigentes que no es probable que se encuentre ningún interlocutor que los cumpla.

2) Asimismo, la Presidente aclara que hay temas que están ‘saldados’, es decir, sobre los que no admite discutir. No aclara cuáles son, pero se podría suponer que componen el canon kirchnerista (o sea el llamado ‘Consenso del Calafate’). Estos puntos sobre los que se habría estado discutiendo desde hace 200 años (muchos gobernantes sin casi darse cuenta) y ahora se han incorporado a la nueva ‘doctrina nacional’ y no admiten mas ser discutidos. No quiere (fervorosos aplausos mediante) que nadie pierda ‘ni un minuto’ en esas cosas que ya deberían estar saldadas. Por si alguien le queda alguna duda, añade que serán saldadas democráticamente.

Temas de discusión podrían ser qué hacer con la ciencia y la tecnología, o ‘como llegamos más y mejor’. Este llegar más y mejor no se sabe si se refiere a los rincones de pobreza y trabajo ‘esclavo’ aún existentes o a los objetivos del ‘modelo’ en general, o a donde.

Está todo dicho, hay plena disposición al diálogo, pero sólo con interlocutores excelsos y sobre temas muy determinados. Nada de discusiones bizantinas sobre el nuevo testamento kirchnerista, sino solamente para profundizar el ‘modelo de acumulación de matriz productiva diversificada e inclusión social’. Y si queda alguna duda, la votación mayoritaria en las próximas elecciones despejará cualquier incógnita. Que así sea.

PAUSA

Continuaremos con el análisis detallado de este discurso extraordinario para entender los recovecos del gobierno de la familia Kirchner, sus dichos y sus consecuencias.

Hasta otro día.

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